"Me sentía algo sobrepasado cuando comencé este trabajo, porque la historia de la reina Isabel es muy vasta", dice Tom Jennings, director de Isabel II en primer plano, el documental que se estrena este domingo en National Geographic. El guionista tiene una peculiar forma de trabajo y, tras el éxito de Diana: in her own words (2017), ya sabía que iba a encontrar mucho material para contar sobre la vida de la actual monarca británica.
La reina Isabel (94) ha sido testigo de los acontecimientos más importantes del siglo XX. "Mi primer sentimiento al acercarme a la historia fue: ¿cómo cuento en una hora la historia de alguien que ha estado reinando durante seis décadas?", confesó.
Los documentales de Jennings se caracterizan por no tener narrador ni entrevistas. Es decir, son contados por los propios protagonistas. Eso implica un fuerte trabajo de archivo: encontrar material inédito o casi desconocido, entrevistas que hayan tenido escasa repercusión, declaraciones que hayan sido pasadas por alto. En el caso de la reina Isabel el material parecía ser inabarcable y ultra difundido. "Necesitábamos encontrar una nueva forma de entrar", reconoce Jennings.
La clave fue una charla con Robetr Lacey, historiador especializado en la realeza. "Nos reunimos con el material de archivo y escuchábamos todo lo que llegaba a nuestras manos. Lacey fue quien dio en el punto cuando nos dijo: 'Miren cómo los grandes problemas de la reina y la monarquía en su vida han sido el amor, el matrimonio y el sexo'", comenta el guionista y sigue: "Eso resonó en nosotros y pensamos que era una forma muy interesante de abordar el tema".
Tres datos clave de la vida de la reina
Según Jennings, las cintas que habían obtenido contenían material que los estudiosos de la realeza seguramente conocían pero no le habían dado demasiada importancia. "Hay una lista completa de cosas que yo no sabía", dice. Y enumera algunas de las "peculiaridades" que detectó al escuchar el material disponible con el oído atento a las relaciones interpersonales de la monarca.
- "Nunca había pensado en que ella sólo tenía 12 años cuando conoció al príncipe Felipe. Eso fue una sorpresa. No conocía a fondo la historia con su hermana, Margaret, y cómo tuvo que negarle el derecho a casarse con el amor de su vida, Peter Townsend, porque él era divorciado, y eso estaba mal visto por entonces".
- "Tampoco sabía de la relación que tenía con su padre. Y al mirar el arco de su vida y su carrera, me di cuenta de que su padre, George, se convirtió en rey porque Edward había abdicado del trono para estar con Wallis Simpson, divorciada estadounidense".
- "Todas las grabaciones que escuchamos de cuando Isabel y Felipe hicieron su gira mundial, cuya primera parada fue en Kenia, dejaban de manifiesto que el rey parecía gozar de buena salud. Nadie imaginaba que iba a morir una semana después de que Isabel dejara Londres. Y una de las grandes cosas que llegué a entender es que, al igual que su padre, tuvo que asumir el papel de monarca de una manera muy inesperada".
Jennings se detiene en ese punto. Agrega la impresión que le causó conocer la relación de Isabel con su padre. "Me encantó encontrar las viejas imágenes de ella cuando era una niña y verla simplemente adorar a su padre. También me di cuenta de que probablemente mucho de lo que confiaba en sí misma cuando se convirtió en reina era consecuencia de su vínculo con él".
Un siglo de historia en una hora
Jennings no puede evitar comparar cómo fue hace unos años encarar el documental sobre la vida de Lady Di con la producción de este que relata la vida de la reina Isabel. Junto con su equipo, suelen armar tarjetas que colocan en una pizarra y van ordenando y uniendo para crear la trama. La cantidad de material disponible los obligó a multiplicar ese espacio.
"En la vida de Isabel hay imágenes que se remontan a los años treinta, cuando ella era una niña y había tantas imágenes y grabaciones", dice y agrega: "El desafío siempre es tomar este material y hacer que el público se sienta como si lo estuviera viendo por primera vez. En cierto modo, fue bueno tener tantas imágenes entre las cuales elegir, porque muchas de ellas –aunque pueden haber sido publicadas o transmitidas alguna vez– la gente no las ha visto en 40 o 50 años".
Fotos: Gentileza National Geographic.