Anoche Mariana Genesio Peña estuvo en el programa PH, Podemos Hablar junto a Marcelo Polino, Sabrina Carballo, Nancy Pazos y Lucila "La Tora" Villar.
Una de las secciones más novedosas que tiene el show consiste en que los invitados lean comentarios de haters en redes sociales, con el fin de darles el derecho a réplica. La actriz, que brilla en su papel en El fin del amor, tuvo una contundente respuesta ante las palabras de odio.
"La verdad es que no me genera nada. No me ofende, nunca renegué de mi origen biológico. Tenemos este concepto de que las mujeres trans somos personas que nacimos en un cuerpo equivocado. Hay personas que lo perciben de esa manera y está perfecto. Yo no siento que nací en ningún cuerpo equivocado", explicó con entereza.
Señaló que ser trans no es fácil en ninguna parte del mundo, pero que ella logró amigarse muchísimo con su cuerpo, con su "parte masculina y femenina", tal como lo describió.
“Vivo mi transexualidad de una manera muy orgullosa y hasta me siento mejor. Después me voy para el otro lado, viajo y creo que soy un ser superior porque tengo lo mejor de los dos géneros. Así que no me ofende para nada que me digan chabón", sentenció con el orgullo a flor de piel.
El curioso ritual de Mariana Genesio Peña para atraer dinero: "Voy a absorber la energía de los ricos"
Mariana Genesio Peña creció en una familia humilde, y vivía una dualidad de clases gracias a que su abuela paterna había cobrado una herencia. “Era la abuela rica. Y ella tenía predilección conmigo, entonces yo iba a colegios privados, los colegios más caros, pero vivía en una casa pobre, con mis viejos, en un barrio humilde”, recordó bajo la atenta mirada de Andy Kusnetzoff.
Su abuela fue un pilar fundamental en su vida siempre, pero el vínculo cambió cuando decidió mudarse de Córdoba a Buenos Aires. Y ya instalada en la ciudad porteña, tuvo que desarrollar nuevas estrategias para mejorar su calidad de vida, mientras vivía en una pensión con otras chicas trans. “No es que no sociabilizaba, sino que estaba muy enfocada en salir de ahí", explicó.
Y la vida le dio revancha: al poco tiempo de dejar la pensión, llegó a codearse con los más famosos de todo el mundo en la ceremonia de los Oscar en la que su pareja, Nicolás Giacobone, ganó una de las tan deseadas las estatuillas.
Mariana contó cómo es el ritual que creó cuando soñaba con una vida mejor: "todos los días me levantaba, me daba un baño en un baño que era compartido, salía, me compraba un cafecito y me iba a la plaza frente a la Embajada de Estados Unidos y me sentaba ahí con un librito. Yo decía ´voy a absorber la energía de los ricos que viven en Libertador´”.
Todos en el piso rieron, y el conductor se vio obligado a repreguntar si la historia era real, algo que la actriz confirmó con su clásica sonrisa.
