Toto Kirzner (23) estuvo como invitado en PH Podemos hablar. El programa que conduce Andy Kusnetzoff, invita a diferentes figuras del ámbito artístico a abrirse y hablar sobre sus historias de vida. A través de una serie de preguntas el hijo de Araceli González y Adrián Suar habló sobre su carrera como actor, su relación con su familia y realizó una fuerte confesión.
El joven contó que fue victima de abuso cuando tenía siete años. Casi al final del programa, Toto decidió hablar del lamentable hecho que sufrió en su infancia. "En el barrio estaba laburando una persona a la que yo no había visto tanto. Estaba empecinado con llegar a la casa de mi amigo cuando me lo encuentro a él, que lo tenía de vista por haberlo cruzado en un par de oportunidades. Estaba con un rastrillo del lado de la calle y me empezó a hablar. No sé por qué pero en un momento sentí que se empezó a oscurecer todo y yo me quería ir. Me empecé a alejar, él lo empieza a notar y finalmente ocurre. No voy a entrar en detalles porque es horroroso”, dijo el actor en ese momento.
La confesión del actor fue acompañada por su familia y amigos que compartieron mensajes de apoyo en sus redes sociales. Pero esto no fue de lo único que habló. Toto también mencionó la relación con Fabían Mazzei la pareja de su madre, Araceli González.
"Nos adoramos, fue un regalo que me dio la vida" dijo ante la pregunta de Andy sobre su relación con el marido de su madre.
“Flor era mucho mas grande y, al conocerlo, ella estaba predispuesta desde un lugar más adulto. Creo que ahí estaba la presión porque yo era un nene. Siempre me había intimidado mucho su voz porque es grave y proyectada. Cuando lo veo, la primera imagen que tengo de él era como muy canchero con una campera de cuero”, recordó.
El actor siguió con la anécdota y detalló cómo fue uno de los primeros momentos con Mazzei: “Se mete conmigo a la pileta, empezamos a charlar y me dice que hay un truco para hacer debajo del agua. Mete la cabeza y cuando sale tenía un moco colgando. Le hago seña, le agarra una desesperación, mete la cabeza de nuevo abajo del agua y ahí ya me ganó”, dijo entre risas. “Me estallé de risa y me quedé perdidamente enamorado. Ya está: no tenes que hacer nada más”, cerró.
