El influencer Santiago Maratea que actualmente se encuentra en Ecuador acompañando a los atletas argentinos continúa activo en sus redes sociales y en esta oportunidad contó qué se hace con la plata que sobre de cada colecta y quiénes son aquellos a los que ayudará esta vez.
En esta oportunidad Maratea donó lo que sobró de la campaña de Emmita a dos nuevas colectas solidarias para comprar un implante auditivo que un niño necesita para volver a escuchar y para otorgarle un santuario a una elefante en Brasil.
Luego de la colecta solidaria para conseguir el medicamento que necesitaba Emmita, sobraron 30 mil dólares, que actualmente disponen los padres de la beba y quienes se ocuparán de donarlo a quienes corresponda.
A través de sus historias de Instagram Santi contó también que de lo recaudado para el viaje de los atletas argentinos al Sudamericano de Guayaquil, sobraron alrededor de 300 mil pesos.
Según confirmó el influencer con el dinero que sobró de Emita se podrán ayudar a dos campañas nuevas que tendrán como protagonistas a Uriel y a Tamy.
Uriel es un bebé de 11 meses que tiene disgenesia e hipoacusia conductiva y necesita de manera urgente un implante que cuesta 12 mil dólares para poder escuchar. Tamy, por su parte, es una elefante que actualmente vive en el Ecoparque de Mendoza y debe ser trasladada a un santuario en Brasil.
Pero eso no es todo, mientras se encuentra en Ecuador conoció a los padres de Amberly una niña que tiene Atrofia Muscular Espinal, la misma enfermedad que Emmita y sus padres le exigen al Gobierno Ecuatoriano juntar el dinero necesario para alcanzar al medicamento más caro del mundo y ayudar, no solo a su hija, sino también a cuatro niños más que padecen la misma enfermedad.
A través de sus historias compartió los canales disponibles para la donación de Amberly y también mostró un video en donde la familia busca que se visibilice y le exige al Gobierno que los ayuden. El padre y la madre de la beba también estuvieron presentes en el Instagram del influencer difundiendo su mensaje ya que consideran que al menos “hacen oír su voz”.
