El derrumbe del edificio Chaplain Towers South de Miami dejó a cuatro víctimas fatales, 35 los heridos y 159 desaparecidos, entre ellos ocho son argentinos y causa conmoción en el país.
A tres días de la catástrofe de la que habla el mundo entero, los rescatistas trabajan las 24 horas entre los escombros para encontrar personas con vida y llevarle información a sus familiares, que se encuentran desesperados tras lo sucedido.
Este sábado, Sabrina Olmedo, que vive a pocos metros de lo sucedido, brindó información sobre cómo se encuentra la zona en la que ocurrió la tragedia. "Todo el día en los noticieros se habla de lo que pasó en inglés y español. Hoy llegaron los topos de México - grupo de rescatistas especializado en remover escombros y salvar vidas- y gente experimentada de Haití para ayudar. Lo cierto es que no pueden trabajar como quieren porque está rodeado de otros edificios y no hay lugar para las maquinarias".
Además, agregó sobre el hermetismo que manejan las autoridades de Miami para informar sobre las personas desaparecidas y a sus seres queridos: "Los familiares están muy nerviosos porque tampoco brindan toda la información que tienen. Están muy herméticos".
Luego se refirió al clima que perjudica el trabajo de los rescatistas: "Está complicada porque toda esta semana hubo lluvia torrencial y hubo incendios, eso frenó la búsqueda. Todo el tiempo se complica este rescate".
"Las esperanzas siguen porque acá los especialistas dicen que existe el triángulo de la vida que es cuando se caen los edificios y capaz una cama o lo que sea frena que uno se termine de aplastar. Están muy esperanzados de que haya personas con vida", agregó.
La actriz también reconoció que su edificio tiene el mismo daño estructural que el que tenía el Chaplain Towers South: “Mi esposo, que es arquitecto, hace rato me venía diciendo sobre nuestro edificio que es de la misma época que el que se derrumbó. Las columnas de abajo están igual que las que mostraron de esa torre. Él tomó fotos y va a hacer la denuncia a la ciudad de Miami. Todos tienen que hacer eso porque acá se fijan en que todo se vea bien bonito para el turismo, pero adentro no se estaban revisando”.
Por último, la artista contó que ya se evalúa “cambiar el código” para que los controles estructurales sean cada veinte años y no cada cuarenta, como marca la legislación actual. “Esto va a ser un antes y un después”, expresó y opinó que se pudo haber evitado esta situación.