Ricardo Piñeiro fue un ícono de la moda durante los noventa. El jet set lo acobijó hasta que en 2011 su empresa de representante de modelos quebró y desapareció de los medios. Esto le causó una profunda depresión que derivó en que se vuelque al alcoholismo, pero se recuperó y ahora transita un presente totalmente distinto al de esos años de gloria.
“No me sentía muy bien y empecé a tomar un poquito de más. Ahí recurrí a Alcohólicos Anónimos, al lado de la iglesia, y me salvó la vida. Hace cinco años que no tomo alcohol”, manifestó en una reveladora entrevista con “Socios del espectáculo”.
“Yo no soy millonario, nunca lo fui, aunque la gente lo creía. Vivo en un departamento lindo, pero me rompí el alma durante 40 años”, manifestó.
Al dar detalles de su tarea en una iglesia del barrio de Recoleta, contó: “Estoy comprometido con la causa. Tratamos de rescatar a la gente que está en situación de calle y la intención es que esa gente se inserte de nuevo en la sociedad y pueda tener un trabajo digno”.
“Les servimos un palto de comida a cada uno, un postre, agua, se reza y se agradece que estamos comiendo. Estas son las cosas que me gratifican", manifestó sobre las actividades del comedor.
Ricardo Piñeiro no quiere volver al mundo de las modelos
Cuando le preguntaron si volvería a trabajar en el mundo de la moda, la respuesta fue un rotundo no. “A Paula Chaves la quiero muchísimo, hay chicas que son muy agradecidas... Mariana Arias es una excelente conductora, periodista, trabajó toda la vida conmigo”, dijo.
Y continuó con un pase de factura, aunque no dio nombres: “Este es un medio bastante especial, porque generalmente hay muchas chicas desagradecidas y no lo digo por resentimiento. Ves una chica, que puede funcionar, la empezás a formar, lo que uno hace como manager. Y después se nos agrandan un poco. Y eso no está bueno. Siempre digo, diosas arriba y terrenales abajo”.