Además de su pasión por la música sus grandes amores fueron su gran sostén. Quienes fueron sus compañeros de vida de Freddie Mercury (1941-1991, líder de la mitológica banda Queen, fueron Mary Austin (70), quien guarda sus mayores secretos y es además heredera de su fortuna, y Jim Hutton (1949-2010), quien lo acompañó hasta sus últimas horas de vida.
“Solo ha habido dos personas que me han devuelto tanto amor como yo les di. Mary, con quien tuve una larga aventura, y nuestro gato, Jerry”, llegó a decir el músico y diseñadora gráfico. Aún separado de su primera mujer, el compositor siempre la tuvo presente. Tanto es así que aseguraba: “Puede que tenga todos los problemas del mundo, pero tengo a Mary, y eso me ayuda a superarlos... Todavía la veo todos los días y la aprecio como siempre".
Su intensa historia con Mary Austin, guardiana de sus secretos
En la canción Love of my life, que Freddie le dedicó a Mary, le expresó todo su amor y admiración. Se conocieron cuando él tenía 24 y aún no era conocido, y ella 19. Su historia fue tan intensa que le pidió matrimonio en 1976. El papel de su amada en su carrera al frente de Queen fue muy relevante.
En el apogeo de la fama, las cosas fueron distintas. Comenzaron las sospechas de infidelidad. La crisis de la pareja no tuvo que ver con esos rumores que atormentaban a Mary: el comienzo del fin fue cuando él le confesó que era bisexual. La respuesta de Austin fue categórica, no había nada más que hacer porque ella no le creía, simplemente consideraba que él era gay.
Después de seis años de amor, continuaron siendo amigos. Tanto es así que Freddie le compró un departamento cerca de su casa para asegurarse tenerla cerca. También se dice que ella fue su primera confidente al hablar de su padecimiento de VIH. La extremada complicidad y confianza que tenían derivó en que Mary sea quien sea la única persona que sabe exactamente donde están esparcidas sus cenizas.
Según relevó el documental Freddie Mercury: The untold story, fue en una boutique londinense llamada Biba, epicentro del Swinging London en los 70's, donde Freddie conoció a Mary. Ella, como Anna Wintour, directora de Vogue, han trabajado allí como vendedoras. El músico, que frecuentaba el lugar junto a Brian May, quedó prendado con la belleza de Mary.
En su testamento, el astro del pop estipuló que serían para ella su mansión en Golden Lodge (valuada en 22,5M de dólares) y la mitad de su fortuna y de sus derechos de autor. En 2014, las regalías a su nombre superaron los 54 millones.
Austin es quien guarda decenas de secretos del enigmático Mercury. A los 70 años, aún mantiene en silencio la que fue la última voluntad del músico fallecido el 24 de noviembre de 1991 a causa de una bronconeumonía complicada por su cuadro de VIH: preservar el destino de sus cenizas. ¿Los motivos? Fredie temía que el lugar donde descansaran sus restos fuera vandalizado.
“Sabía que (el final) se acercaba. La calidad de su vida había cambiado drásticamente y tenía más dolor cada día. Estaba perdiendo la vista. Su cuerpo se debilitó al sufrir ataques leves. Fue muy angustiante verlo deteriorarse de esta manera", señaló Austin, quien además reveló que Mercury murió con una sonrisa.
Jim Hutton, su compañero hasta el final de sus días
Su otra pareja conocida fue Jim Hutton. El novio del líder de Queen, cuyo nombre real era James Samus Hutton (1949-2010), era un escritor y peluquero irlandés con quien mantuvo mantuvo una relación sentimental durante casi siete años.
El vínculo entre Mercury y Hutton duró desde 1984 hasta el fallecimiento del cantante. Así recordaba Hutton la última postal que le tomó en vida: "Ese verano Freddie posó para una cámara por última vez, la mía. Sucedió así. Estaba en el jardín fotografiando algunas de las flores, y Freddie caminó hacia mí".
Se conocieron en 1983 en los baños del club gay Copacabana, situado en South Kesington, Inglaterra. Freddie tuvo que hacer varios intentos para conseguir llamar la atención de Hutton, que se resistió a sus encantos y no lo reconoció. Dos años después, volvieron a coincidir en otro club y recién ahí empezó su historia sentimental.
En 1987 después se mudaron a Garden Lodge y estuvieron juntos hasta el final. Cuando le diagnosticaron VIH, Freddie le ofreció abandonar la relación, pero no quiso y decidió acompañarlo. "Te quiero, Freddie", recordó Jim que le dijo en un documental. "No voy a ir a ningún sitio", le aseguró. Así es cómo estuvo con él hasta sus últimas horas.
En 1990, a Jim le detectaron VIH pero no se lo contó a su pareja hasta finales de 1991, poco antes de su muerte. Tras el deceso del astro del pop, y por pedido de Austin, Hutton se vio obligado a dejar la mansión en la que convivieron durante casi seis años. Mercury le dejó 560 mil euros y un terreno en Irlanda para construyera una casa.
Otro de los personajes del mundo afectivo de Freddie fue Paul Prenter, quien trabajaba en una radio de Belfast cuando lo conoció en 1975. Poco después se convirtió en su amante, manager y asistente personal. Muchos encontraron en Prenter una mala influencia para Freddie y lo hacían responsable de su peor época musical cuando editó el disco Hot Space (1982).
Pero lo peor fue que fue quien lo vendió por 32 mil libras a The Sun. En mayo de 1987 el diario sensacionalista le dio la tapa a Mercury con polémicas declaraciones de Prenter. Una de ellas fue la filtración de que dos de sus amantes habían muerto por VIH. Poco después, reveló que la primera relación homosexual del cantante había sido a los 14 años en la India y que en las giras estaba a diario de fiesta y siempre con un candidato nuevo para compartir la cama.