A sus 27 años, Jerónimo Giocondo Bosia se convirtió en un artista revelación, cumpliendo el sueño de interpretar -literal- a un peso pesado del boxeo, a Oscar Bonavena, dentro del universo de Ringo, gloria y muerte.
El thriller producido por Star+ narra el ascenso que llevó al deportista a ser campeón argentino y estar entre los tres mejores boxeadores del mundo, hasta la caída de Ringo, en uno de los episodios que marcó la historia del deporte de nuestro país: cuando fue asesinado en Estados Unidos.
Las diferencias y similitudes entre Jerónimo y Ringo
Jerónimo sabía que su parecido con el boxeador en algún momento iba a ser una oportunidad: "De chiquito me decían que tenía la pera grande, pero que igual me quedaba lindo", dice el protagonista entre risas. Pero no sólo su cara era lo único parecido a Ringo: también su porte físico... A los 27 años, desde su 1,84 de altura y 86 kilos, el muchacho oriundo del barrio de Saavedra se anima a subir al ring de la entrevista que le propone GENTE...
-¿Conocías a Ringo Bonavena antes de que te propusieran ser parte de la serie?
–Lo conocía porque empezaron a mencionarme hace unos años que yo era muy parecido a él. En 2018, cuando recién estaba cumpliendo 22 años y comencé a tener rasgos físicos de hombre adulto, salió lo de Bonavena. Me puse a investigar y me di cuenta de que había algo tanto en la sonrisa y en la pera que me hacían verme muy parecido. Lo cierto fue que justamente el parecido me llevo a obtener este papel, algo que no me deja de causarme simpatía.
Yo siempre tenía la idea épica cuando empecé actuar de que a lo largo de mi vida pueda conseguir un papel protagónico en el cual desplegar mi arte. Por eso cuando empezó la mística de que era parecido a él dije… "Ahora que están de moda las biopic, ¿quién me dice si hacen la película o algo por el estilo, terminen convocándome..." Pero nunca imaginé que todo iba a ser tan grande, que se diera incluso una serie con tanta gente atrás…
-Se te cumplió lo que manifestaste…
–Sí, lo venía pensando desde hace tiempo y hasta tenía una foto de cuando practicaba kickboxing. Alguien me la sacó y me dijo: "¡Sos Ringo! Imagínate si hacen la serie algún día y..." Me quedé pensando lo lindo que sería que pase, y pasó.
-¿Cómo preparaste el personaje?
-Empecé a copiar las características de Ringo, mirando todo lo que podía de archivos en YouTube, algo que nos resulta de gran ventaja a los actores a la hora de componer un rol. Vi muchas entrevistas, lo copiaba y jugaba a imitarlo. Hasta que empecé a trabajar con la coach actoral para poder perfeccionarlo. Toda la información y que sea un personaje tan público me ayudó muchísimo.
Físicamente fue gracioso, porque cuando me dijeron que iba a ser parte del proyecto, resolví engordar varios kilos, para tener un cuerpo acorde al de esa época. Quería ser bien parecido. Así que fui con 96 kilos a la reunión de producción. "Para un poco, que la idea es hacer algo más postmoderno", me explicaron. Y ahí tuve que bajar los kilos que había subido: alrededor de ocho. Todo lo pude hacer gracias a mi tía que es nutricionista. Fue contratada por la producción, porque era ella también quien me asesoraba cuando competía en taekwondo. Entonces me conocía bien el cuerpo.
Fernando Muñoz, mi preparador de la Federación Argentina de Boxeo, me entrenó físicamente. Pasé alrededor de seis a puras pesas y puro boxeo. Estaba familiarizado con los deportes de contacto físico, pero no tanto con el boxeo. Por eso debí componer el personaje peleando y descubriendo las mañas del boxeo.
-¿Cuánto te sumergiste internamente en el rol?
–Mucho... De hecho, me ha pasado que siempre trato de despegarme un poco después. Imaginate: un personaje como el de Ringo hizo que me la tenga que creer. Más en este personaje, que es muy pragmático en su pensamiento y de ir siempre para adelante. Incluso a veces me pasaba en conversaciones con amigos, que terminaba diciendo cosas como: "¡Qué sé yo, báncatela!", algo propio de Ringo, no mío. Prepararme para ser como él, me hizo salir un poco de mi persona.
Entonces traté de centrarme y calmarme, acordándome que soy Jero. Pero cuando rodaba estaba muy metido en el personaje. El desafío de ir para adelante me lo tomé muy en serio, hasta en la psicología del personaje.
–¿Qué otras características encontraste en Ringo?
–Ringo tenía muchas cosas lindas. Lo característico y lo particular era lo de nunca perder la inocencia y la ternura, pese a tener que ser violento al momento de pelear. La ambigüedad de Ringo consistía en que era como un león, lindo y tierno a la vez, pero cuando le podía comer el cuello a la cebra, lo hacía. De una ambivalencia difícil de encontrar en un ser humano. Hay boxeadores pesados como Tyson, que tienen vidas marginales, en cambio Ringo era un poco la excepción a eso. Claro que todos tenemos luz y oscuridad, pero poder mostrar esas dos facetas lo hacían muy particular como personaje: como un nene grande.
-¿Te peleaste muchas veces en tu vida?
-Nunca tuve una pelea callejera, más allá de que me pudieran atacar. Obvio que puede haber cierta prepotencia que te haga querer canalizar de una forma confrontativa, pero para eso desde los siete años practico artes marciales. Todos los findes competía y nunca tuve la necesidad de buscar enfrentamiento en otro lado que no fueran el deporte. Las artes marciales me dan paz y tranquilidad y te enseñan a saber que no necesitás medirte con nadie. Me ayudaron con el ego y a elegir mis batallas. No me pelearía por cualquier cosa. El deporte fue un gran aliado para poder canalizar esas peleas.
-¿Por qué el boxeo es distinto?
-En el boxeo da batalla: En la primera Rocky no hay victoria por parte del protagonista. En realidad pierde, pero te demuestra qué hay que poner el corazón. Ése es el gran ejemplo que nos da: presentarle batalla a la vida, ya que es algo que todos tenemos a diario. Muhammad Ali, siendo el mejor boxeador de todos los tiempos, tenía toda una batalla detrás del ring. Incluso con Messi había toda una batalla interna que nos llevaba a querer que él gane la Copa del Mundo, por todo lo que representa en nosotros... El deporte siempre está cargado por una épica y una lección detrás, por eso la serie esta enfocada en lo que representó Ringo a nivel poético y como ejemplo de vida.
Ringo. Gloria y muerte:
"Si hay algo que le gente no se puede perder de la serie es el ejemplo de vida que muestra -entiende Jerónimo a la hora de hablar sobre la propuesta de Star+-. Ni hablar de lo técnico, es una apuesta enorme. Se confió en el producto, la dirección y el guion. Fue un trabajo minucioso de parte del director que pensó en cada detalle", agrega sobre esta ficción basada en hechos reales y en dos líneas temporales paralelas recorre los últimos tres meses de vida del boxeador y los hitos de la vida de Ringo de un modo cronológico, al tiempo que revela la trama oculta detrás de su asesinato.
Exclusiva de Star+ en Latinoamérica y para los servicios globales de streaming de Disney y compuesta por siete episodios de 40 minutos, la serie se sumerge de lleno en los mundos del boxeo y el espectáculo para relatar el ascenso, la gloria del éxito y la decadencia de Bonavena en dos líneas temporales paralelas, al tiempo que revela la trama oculta detrás de su asesinato.
Por un lado, el relato se centra en los últimos tres meses de vida del boxeador, para retratar el ocaso de una celebridad que quiere reinventarse. Por otro, la historia recorre los hitos de la vida de Ringo de un modo cronológico, desde sus orígenes humildes y su llegada al boxeo amateur, hasta su rápido ascenso, su consagración como campeón argentina y su inolvidable combate del 7 de diciembre de 1970, en el Madison Square Garden de Nueva York, ante el mejor boxeador de la historia, Muhammad Ali, quien lo venciera por nocaut técnico en el decimoquinto asalto.
De origen humilde, con un éxito rápido y arrollador, y una muerte trágica a corta edad, Ringo fue un hombre que se hizo a sí mismo y llegó a ser un ícono amado y odiado de la cultura popular argentina, para terminar convirtiéndose en un mito, cuando El 22 de mayo de 1976, a sus 33 años, murió por un balazo en el corazón, en un burdel de Reno, Nevada, Estados Unidos. El argentino había llegado a ser el número tres de los pesados de la época.
-¿Qué fue lo que más te atrapó de todo el proceso de la serie, Jerónimo?
-Interpretar a Ringo y en un espacio donde se hacen presente tanto la comedia como la tragedia. Para mí fue un acto de confianza que me dio la producción y es un empacho hermoso. Hacer que actuaba en el Lola Membrives, como si estuviera en los años Sesenta, o tener que enfrentarme a mis frustraciones y pelear o hasta cantar el Pío Pio’, todo fue un despliegue enorme que significó un antes y después en mi vida.
El ADN de Jerónimo Giocondo Bosia
Cuando le consultamos qué lo motivó a arrancar en la actuación, no duda, y lo expresa en un monólogo: "Terminando el colegio tenía que elegir una carrera. Pasa que por dentro ya sabía que iba a ser algo artístico. Más teniendo a mi madre, artista plástica, mi abuelo siendo escritor y fundador de la Escuela Nacional de Experimentación y Realización Cinematográfica (ENERC). Mi vieja siempre me decía: ‘Sos muy carismático, payaso…, ¿por qué no probás hacer teatro?’. A los 18 me anime y a los 19 arranque con un casting de publicidades. Era algo que me relajaba. Mientras que tener que pelear un personaje, me emocionaba. El ganarme mi lugar era algo que me daba adrenalina y me hacía sentir vivo".
-¿Tu familia fue importante, entonces, en la toma de decisión?
-Tal cual. Porque además mis padres me dieron la total libertad de que pueda ser quién soy hoy. De hecho, en su momento había empezado a estudiar animación de dibujos animados, por si no llegaba a funcionar. Pero era un queso con la tecnología... Eso me llevaba muchas horas en la compu y era demasiado para mí. Cierto día, en plena crisis mía, mi papá me aconsejó: "No pienses en la plata ni en tu futuro. Si te pudieras hacer millonario con las dos cosas, ¿cuál elegirías?..." Fue tan contundente que me hizo tomar la decisión correcta: a fin de año dejé la carrera y me salió mi primera telenovela en Perú. Esa charla bisagra con mi viejo fue clave.
-¿Qué aprendiste haciendo ficción en otros países?
-Que todo es lo mismo. Hay una cámara, un mensaje, un contenido, gente que te maquilla, iluminadores y todos trabajando para representarlo. Que todo es en honor a contar una historia. Que todos vamos en pos de un mismo objetivo, que es contar de la mejor manera una ficción. Un drama, una tragedia, el mismo teatro griego nos representa una catarsis en la vida. Mientras haya vida, sin dudas tiene que haber ficción...
-¿Quiénes son tus ídolos?
-Siendo mal alumno, me gustaba y me sentía incomprendido, por eso mi gran ejemplo fue Marlon Brando, a quien echaron del colegio y no sabía para dónde ir . La actuación le abrió un camino en su vida. Por eso fue mi gran referencia. Ni hablar sobre lo que implica como actor. Ahora, si vamos a algo más actual, el difunto y querido, Philip Seymour Hoffman era un tipo con una versatilidad... Si no hubiese muerto tan joven sería una estrella mil veces más grande.
-¿Cómo recordás a Maria Onetto, que compartió pantalla con vos en la serie y lamentablemente falleció el último 2 de mayo?
-Mucha gente tenía un montón de anécdotas con ella, porque trabajo en todas las áreas. La primera escena que hice fue con ella, me hizo sentir muy cómodo. Recuerdo que yo estaba inseguro con el texto, porque tenía miedo de que no se me escuchara bien, por el trabajo bucal con el tema de la voz de Ringo. Entonces ella me dio una técnica para pasar la lengua contra los dientes. "Así el texto te va a salir limpio", me comentó... Ahora siempre uso esa técnica antes de arrancar un diálogo. No fue su único consejo...
-¿No?
-En otra escena me dijo: "Quedate tranquilo, porque cuando estoy con vos estoy viendo a Bonavena, así que despreocupate si hay un furcio, porque lo que importa es que RIngo está acá". De una calidez y profesionalismo únicos, nos reíamos mucho cuando arrancábamos temprano a la mañana. Con María era de empezar siempre con el pie derecho y a puras risas. Fue corto la que la pude conocer, pero muy importante tener a alguien así de destacado en el proyecto. Por eso fue fuertísimo... Espero que descanse en paz.
-¿Qué sentís al verte en los carteles de la calle, anunciando el estreno?
-Me imaginé cómo sería, y mirá... Siempre pensé será por una campaña de boxer, por ejemplo, pero finalmente llegué por Ringo y por todo lo que hay detrás: una historia maravillosa y un increíble proceso para contarla fueron la que me llevaron a los carteles en la vía pública.
-En el plano amoroso, ¿sos como Ringo o más tranquilo?
-Admito que soy enamoradizo y que me gustaría armar una familia. Mi familia es maravillosa y un lindo reflejo para lo que sueño. Pero una familia requiere energía y responsabilidad, y hay momentos en la vida. Aunque hoy puedo ir pasando de cita en cita, tener una especie de vínculo sexo-afectivo y que quede todo hablado y con respeto.
PH: Fabian Uset
Producción y estilismo: Caro Gagliardini
Video: Miranda Lucena
Makeup y cabello: Natali Flor, para Sebastián Correa
Agradecemos a Equus (@equustienda) y a Disney
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