Mientras Máxima Zorreguieta se encuentra tratando de superar todos los momentos de tensión que vivió hace unos días a raíz de las amenazas de muerte que recibió Amalia de Orange, su hija, se supo que sus seres queridos fueron fundamentales para transitar este momento.
Y uno de ellos fue Juan Zorreguieta, hermano de la reina, que justamente fue elegido padrino de la princesa Alexia, la más polémica del clan Zorreguieta. Si bien desde hace un tiempo se encuentra alejado de la atención de los medios, hay que decir que se hizo popular en Europa desde que se casó con Andrea Wolf, una asesora política de Viena, el país en el que se encuentran residiendo en la actualidad.
El hermano favorito de la esposa de Guillermo de Orange tiene 40 años y estudió Ingeniería Industrial en la Universidad Católica Argentina (UCA) y, antes de emigrar, realizó sus primeros pasos profesionales en una empresa que se especializa en la consultoría a empresas.
Qué es de la misteriosa vida de María del Carmen Cerruti, la madre de Máxima Zorreguieta
Nacida el 8 de septiembre de 1944, tuvo cuatro hermanos: Jorge Horacio, María Rita, María Marcela y María Cecilia. Viene de una familia de alto poder adquisitivo y su árbol genealógico se encuentra distribuído entre Italia, Francia, España y Buenos Aires.
Lo cierto es que la mujer de 78 años de raíces europeas sigue residiendo en el mismo departamento del barrio porteño de Recoleta en el que compartió los últimos días de su pareja. Algunas veces al año viaja a Holanda para reencontrarse con su hija y nietas, mientras que otras (situación menos frecuente) el viaje se produce a la inversa.
Quién era Jorge Horacio Cerruti, el tío de Máxima Zorreguieta que murió por COVID
La muerte del único tío materno de la royal solo apareció en los avisos fúnebres de medios de la ciudad, en la que la familia, encabezada por su mujer, María Elena Sierra (70), a quien llaman Mane, y sus hermanas, María del Carmen –madre de la reina–, María Rita, Marcela y María Cecilia, firmaron el aviso mortuorio en el que participaron “con mucho pesar de su fallecimiento”.
Jorge Horacio Cerruti no era una persona de riesgo, no tenía antecedentes médicos y llevaba una vida muy activa. Veterinario rural, especializado en grandes portes, solía viajar diariamente a tres localidades rurales de la provincia de Buenos Aires, amaba la vida de campo y disfrutaba de montar a caballo hasta por tres horas consecutivas.
Otra de sus pasiones era descansar con Mane –así era como apodaban a su esposa María Elena– en su quinta situada sobre la barranca de San Nicolás, en el barrio Yaguarón, ubicada en la zona norte de la ciudad bonaerense y con hermosas vistas al río Paraná. Su casa estaba muy cerca del cementerio y del Santuario de la Virgen del Rosario de San Nicolás.
El hombre tenía cuatro hijos, Alejandro, Mariana, Santiago y Francisco, dos de los cuales viven en el extranjero. Su familia más cercana también estaba conformada por sus hijos políticos, Aurelio, Pilar, Mariana y Juan (de dos matrimonios anteriores), y por sus nietos, Josefina, Lola, Jero, Segundo, Luisa, Pedro, Justo, Facu y Juanita.
Desde jóvenes, la vida social de los Cerruti consistía en mantener encuentros en estancias, ver partidos de polo e ir a la iglesia los domingos. Crecieron en Pergamino, donde su padre, Jorge Cerruti, era un médico muy respetado. Cuando enviudó, el tío de Máxima se fue a vivir a San Nicolás, donde volvió a formar pareja. Sus hermanas también se fueron a edad temprana de Pergamino: María del Carmen se instaló en Buenos Aires a los 23 años, mientras que Marcela vive en el sur y administra uno de los campos de la reina.
