El 3 de junio de 1991 comenzaba por la pantalla de Telefe Jugate Conmigo, el show de entretenimiento dirigido al público teen y basado en el programa Double Dare (1988). A treinta años del suceso que redefinió una forma de hacer televisión, Eric Grimberg (50), uno de los integrantes de la troupe de Cris Morena, hoy retirado del ambiente, revisita el fenómeno con el que llenó un estadio Vélez.
Dedicado a la empresa familiar de salud dental, en la que es uno de los directores, el actor recuerda la locura de un pasado que no extraña y del que no siente desarraigo ni nostalgia, pero sí lindas anécdotas. "Retrospectivamente recuerdo esa época con mucha alegría y como un momento de aprendizaje muy bueno. Sin dudas, trabajar a los 18 años con Cris como productora fue una gran escuela", sostiene en diálogo con GENTE.
El sin fin de anécdotas que quedan en el recuerdo pero tienen sin cuidado a sus dos hijos, Thiago (19) y Catya (15), fruto de su relación con Valeria –dedicada al mundo comercial–, se disparan una detrás de otra. "¿Algunas cosas que pintan la locura que vivimos en ese momento? Ir a Unicenter a firmar discos y que no pudiéramos bajar de un micro turístico. En la playa de estacionamiento había como 200 mil personas y casi voltean el bus", rememora Grinmberg.
Eric, que se hace un stop en su rutina en Grimberg dentales para charlar con GENTE, cuenta que llegó a ser parte del fenómeno de casualidad. "Fui pensando que era un casting para publicidad y cuando entro estaba adentro Cris haciendo pruebas con un equipo enorme de coreógrafos y productores. Casi me muero cuando ví que había que bailar y cantar", señala quien debió pasar por "varias instancias" hasta que, asegura, entró "de caradura".
"Sigo en contacto con Carla (Mendez) y con Hernán (Caire), con el resto nos fuimos perdiendo. Pensá que fue hace treinta años y cada uno hizo su vida", detalla Grimberg, y enseguida amplía: "Con Caire chateamos seguido, hablamos de fútbol y de cosas de la vida y de la familia, y con Mendez nos tenemos mucho cariño, pasa seguido por nuestro local para saludar". Respecto al revisionismo y a la posibilidad de tener un chat grupal con el staff de Jugate, afirma entre risas: "Chat grupal no hay, a menos que haya uno paralelo y yo no esté".
"A Cris me la crucé un par de veces hace dos años en un evento para emprendedores, al que fui por laburo y en el que ella daba una conferencia. Hablamos un ratito ahí. Siento un gran cariño por ella y por Gustavo (Yankelevich), que fue un visionario y un fenómeno", apunta el también actor de Brigada cola, Los ángeles no lloran y Montaña rusa.
Eric Grimberg: del desafío de cantar y bailar a "pisar a Xuxa en un escenario"
Cantar y bailar, cuenta, "se fue dando de a poco". Liderado por "un equipo muy profesional y una producción muy importante", el staff del suceso teen llegó a compartir escenarios y estudios de grabación con figuras como Luis Miguel y Ricky Martin. "Venían todos, o cantaban en Jugate o en el programa de Marcelo Tinelli, al que íbamos siempre", recuerda.
El summun, asegura, fue cuando con Jugate llenaron el estadio Vélez. "Fue delirante compartir escenario con Xuxa. De hecho yo estaba siempre en el fondo, porque era más patadura. Tres pasitos más atrás estaba ella y la llegué a pisar", relata divertido.
Su vida familiar y el abandono de su carrera artística
Dejó la actuación para vender y exportar insumos dentales en la empresa familiar en la que trabajó incluso desde antes de alcanzar la fama. "Nunca le dí mucha entidad a eso de creer que era galán o a firmar autógrafos, lo veía como algo normal y no le dí jamás mucha trascendencia", se desmarca quien afirma que "decidió no seguir con la vida artística" porque prefirió dedicarse de lleno a su proyecto comercial.
"Yo no sentí nunca el desarraigo del ambiente porque se fue dando de a poco. Trabajo en la empresa familiar que mamé desde antes de la tele. Fui creciendo, pensé en mis hijos y en sumar estructura", explica. Acerca de las inconstantes oportunidades como actor, dice: "Grabás un año y otro no, tiene muchos vaivenes".
"Lo que hago en la compañía también me gusta, además tampoco era un superdotado para la canción y el baile", sentencia Grimberg, que dirige la empresa con sus padres y hermanos. "Tenemos un perfil netamente comercial y hacemos de todo con los insumos dentales, somos fabricantes, importadores y distribuidores en farmacias", describe.
No cree en el artificio de la fama: "Nunca idealicé a la gente que hace un personaje"
Asegura que no es que se desencantó de la fama: "Depende de cómo lo vivas. Hay gente a la que le pegó mal o sintió agobio, pero en mi caso no le dí importancia, seguí teniendo a los amigos de siempre y a mi familia, que me hicieron sentir siempre los pies en la tierra".
En términos de éxito y fracaso, asegura, ocurre lo mismo "tanto en una oficina, en la tele o en la municipalidad". Pero eso jamás fue un peso para él. "Salvo en el fútbol, que soy fanático de River, no creí en los clubes de fans o en idealizar a gente que está haciendo un personaje", manifiesta.
Para finalizar, recuerda que en su paso en la tele "conocí a gente doscientos puntos, desde compañeros en la actuación, como sonidistas, musicalizadores, directores o gente de producción". Con muchos de ellos continúa escribiéndose: "Hoy los ves en las redes o te encontrás con que trabajaste con productores muy grosos que recién estaban empezando, como Pablo Culell".