Sofía Sarkany es la hija mayor de Ricky Sarkany. Al igual que su papá, ella siguió el legado de la moda. Luego de estudiar en el país y de obtener la licenciatura en Diseño Gráfico, se mudó a Inglaterra para perfeccionarse en el Saint Martins de Londres. Comenzó a darle vida a su sueño en 2012, cuando presentó su primera colección de zapatos y otras indumentarias.
Siempre estuvo pegada a sus sueños, a la necesidad de llevarlos adelante. El otro gran proyecto que tenía era el de ser madre. Sabía que de la mano de Tomie Allende, su novio, en algún momento le iba a llegar esa posibilidad. Sin embargo, cuando el anhelo estuvo dentro de los planes inmediatos, el destino le jugó una mala pasada.
Ocurrió en 2018, cuando luego de un estudio, le diagnosticaron un cáncer de útero. Lo primero que le vino fue una intervención quirúrgica y tratamientos. Continuó con su vida y evitó hablar del tema hasta estar mejor de salud para preservarse. Había que resolver ese tema, pero en el medio ella no abandonó nunca su sueño de ser mamá. Siempre rondó en su cabeza.
Un año más tarde, con la enfermedad avanzada, habló con su novio, con su familia, y planteó la posibilidad de dar ese paso a través de un vientre subrogado. Con la ilusión en marcha, comenzaron con los trámites. “Era el sueño de su vida y su papá decidió acompañarla”, comentó una fuente cercana a La Nación.
Finalmente se llevó a cabo el año pasado. A medida que el embarazo seguía su marcha, la salud de Sarkany se fue complicando. Hasta principios de este año estuvo luchando, como hasta ahora, siempre acompañada de sus seres queridos. Sin embargo, cuando se acercó la fecha de nacimiento de su hijo Félix, viajó a Miami para estar cerca, pero también para continuar con su tratamiento.
En los últimos días los sentimientos se entrelazaron. Por un lado, la felicidad del grupo por la llegada del bebé y del sueño cumplido. Uno más que Sofi logró sacar adelante. Por otro, el de su salud. El cuadro se complicó y tuvieron que inducirla a un coma farmacológico. La batalla no es sencilla, pero la familia se apoya en que éste sea otro de los sueños que pueda cumplir: vivir para jugar con su hijito. Su fuerza y la de los seres queridos hace que esto se pueda llevar adelante.