A tan solo un mes del comienzo de esta nueva temporada de Gran Hermano (Telefe), Ezequiel Ois quedó eliminado tras ser sometido a una placa positiva. En un mano a mano con este medio, relata cómo fueron sus primeros días fuera del programa y cuáles serán sus próximos pasos para mantenerse en el mundo del espectáculo.
Bonjo, apodo que se ganó por su estética similar a la de Bon Jovi, revela cómo transformó su imagen para parecerse a sus ídolos musicales y por qué necesito vivir en Europa para lograrlo.
Los primeros días después de "Gran Hermano"
—¿Cómo fueron estos primeros días fuera de la casa?
—Todavía no anduve por la calle... Apenas tuve unos cruces con personas en bajadas del auto entre los estudios y cosas así. Todavía no fui a Ramos Mejía, mi barrio, para encontrarme con la gente. Todavía no bajé...
—¿Y por redes sociales?
—Por redes explotó... Fue una banda todo. No llego a leer todos los mensajes. Es un flash porque ahora estoy el triple con el teléfono. Me estoy quedando hasta las 3 de la mañana mirando videos y mensajes. Es tremendo y tengo que cortar un poco. Tampoco puedo ver todo.
El "hate" y el miedo del pasado
—¿Te cruzaste con cosas negativas?
—Por suerte todo positivo y re bien. Esto me alienta porque sé que tengo el apoyo de la gente. Siento que me bancan y además me da ganas de seguir adelante con las actividades. Si tenés mucho hate, te lo tira abajo.
—¿Estabas preparado para recibir hate?
—No me preocupa... Cuando era pibe tuve un poco de hate por unas boludeces en el colegio que me habían pasado.
—¿Qué te había pasado?
—Nada... Pasó un caso que prefiero no nombrar. Tuve un montón de hate cuando era pibe. A los 15 años en Twitter tuve una movida y por suerte se dejó de lado. La sufrí en ese momento.
—¿No te daba miedo que eso volviera?
—Me daba miedo, pero por suerte no volvió nada. Le pregunté a mi vieja y me dijo que me quedara tranquilo.
Así fueron sus tres años viviendo en Europa
—¿Cómo fue tu experiencia viviendo en Europa?
—Me fui a los 20 mientras era pandemia. Me quedé tres años allá. Primero estuve en Palma de Mallorca y después fui para Alemania...
—¿De dónde surgieron tus ganas de vivir en el exterior?
—Tenía conocidos viviendo ahí y me dieron ganas. Tenía una base. Me habían ofrecido dar clases de tenis porque toda mi vida hice ese deporte. Me lancé ahí para vivir la experiencia europea.
—¿Cómo te fue en ese trabajo?
—Bien, súper bien. Después me fui a Alemania a dar clases de tenis. Ahí me manejaba en inglés y mi idea era hacer una carrera artística ahí. Me había anotado en la universidad para estudiar cine. Después me cansó la cultura.
Cómo creó su particular imagen rockera
—¿Extrañabas a tu familia?
—¡Sí, obvio! También extrañaba a mis amigos. Estando afuera se extraña la cultura y la noche argentina.
—¿Antes de viajar qué hacías en Argentina?
—Entre la escuela y el viaje hice bastantes cosas. Estuve en política y trabajando en la empresa de mi viejo. Me gustaba ese mundo, pero es muy formal y estructurado. Después me di cuenta que está bueno, pero no era lo mío. Es muy rutinario.
—¿Ya tenías este look tan particular?
—No, no… Salieron un par de fotos de ese momento. Cuando estuve en política tenía el pelo corto y más tranqui. Era otra onda, pero siempre me gustó el rock.
—¿En qué momento hiciste este cambio rotundo en tu imagen?
—Europa me conectó mucho con lo que sentía que quería hacer y lo podía demostrar. Acá en Argentina me guiaba mucho por el qué dirán. Desde la imagen hasta qué era mejor estudiar o en qué trabajar. Al estar solo en otro lugar te lleva a hacer lo que realmente querés porque nadie te mira… Era la oportunidad.
—Ahí empezaste a cambiar…
—Sí, ahí empecé a dejarme crecer el pelo. Me pinto lo que quiero y hago lo que quiero desde entonces.
—¿Tu familia te iba diciendo algo?
—No, normal. Lo que tiene es que cada vez que volvía a la Argentina estaba esa cosa de que cuando llamás la atención, la gente te mira mucho. En Europa no es tan así. Cuando venía de visita me daba cuenta que me miraban más.
—¿Cómo comenzó esta conexión con esta estética rockera?
—Cuando tenía 9 años me acuerdo que mi mamá me regaló el CD de Slash. Desde ahí empecé a seguir a Axl Rose. Me había obsesionado. Veía todas las notas, sus shows… Todo. Para mí él fue más que Bon Jovi. Fue mi ícono y quien me volvió loco.
—¿Con tu mamá compartías la música?
—Yo ya escuchaba a Axl… Mi vieja me vio motivado y me regaló eso para un cumpleaños. Fue algo re lindo. A ella le gusta la música pero no de ese palo. Mi papá me contaba cómo fue la década de 1980 y cómo andaban lookeados los pibes de esa época y ya me llamaba la atención. Le pedía fotos de sus amigos para ver cómo tenían el pelo…
—Y empezaste a recrear sus looks…
—Sí, los empecé a emular y me di cuenta que era por ahí. Ellos me bancaron.
Con qué famosa productora le gustaría trabajar
—¿De chico te gustaba lo artístico?
—¡Sí, re! Hice teatro y clown. Fue algo que hice para tener una actividad recreativa. Hoy en día es lo que más quiero. Me gustaría centrarme en una carrera actoral. En Europa pensaba proyectar ir a casting, pero no llegué porque tenía mucho trabajo. Sí me metí más en el mundo de la música. Me puse a tocar la guitarra y me empecé a juntar con músicos...
—¿Qué buscabas en este ingreso?
—Yo si no ingresaba a la casa mi idea era empezar a estudiar artes escénicas y comedia musical. Me gustaría estar en la academia de Cris Morena y encarar por ahí. Todavía no me anoté, pero es mi plan. Me gustan las novelas, series y películas.
—Volver a Europa no es opción...
—No, para nada. Veo los aeropuertos y me hacen mal. Me dan melancolía. Subirme a un avión es lo que menos quiero. Extrañé mucho a mi familia y la joda de acá. Yo tengo un amigo que hace covers de Bon Jovi y esa música en un bar de Palermo. Todos los viernes era fijo ahí porque éramos todos de esa misma onda. Todos íbamos con nuestra onda.
—¿No te animás a subirte al escenario con él?
—Y... Podría ser... Ahora que estoy un poco más suelto...
Fotos: Rocío Bustos.