Cuando ayer se conoció que Silvina Luna necesita un trasplante de riñón para poder seguir viviendo a doce años de la cirugía estética que le practicó Aníbal Lotocki, arruinando su vida, el gran interrogante que creció por estas horas es por qué el profesional de la salud puede seguir ejerciendo pese a las múltiples denuncias que hubo en su contra.
Lo cierto es que el 9 de febrero del año pasado fue condenado a cuatro años de prisión y cinco de inhabilitación para ejercer la medicina por las "lesiones graves" que les provocó a cuatro de sus pacientes.
Debido a que su defensa apeló la sentencia, Lotocki puede seguir ejerciendo y de hecho hasta hace un tiempo seguía recibiendo pacientes en un discreto consultorio ubicado en la Capital Federal.
A lo largo de estos años, mientras las denuncias crecían en su contra, hubo pocas voces que se alzaron a favor teniendo en cuenta que durante un largo tiempo recibió a decenas de figuras a las que atendió por canje: una fue la de la exvedette Mónica Farro que siguió confiando su cuerpo e integridad en manos del polémico médico.
Cómo fue la operación de Silvina Luna con Aníbal Lotocki
Silvina fue intervenida en octubre y noviembre de 2011 en un procedimiento en el que le colocaron microesferas de polimetil metacrilato (PMMA) en la zona de los glúteos y muslos.
Hace un tiempo, en diálogo con GENTE, Luna reconoció: “Por querer mejorar o tener una exigencia sobre mi cuerpo me hice una cirugía y a partir de ahí tuve el problema que es de público conocimiento. Empezó un camino de decir ‘por acá no es’ por lo que comencé a hacer terapias que hoy comparto en mi proyecto con referentes que me dieron herramientas y vinieron a sumar”.