Después de 15 días alejado de su cuenta de Twitter, Paulo Londra regresó en medio de un escándalo que lo tiene como protagonista. “Ni sé cómo le dan cabida a los giles”, fue la frase que utilizó uno de los traperos más influyentes del país para describir sus sentimientos ante lo que está aconteciendo a su alrededor.
Inmediatamente su nombre se volvió trending topic luego de que se diera a conocer una serie de fotos del trabajo que están llevando adelante María Becerra y Ovy On The Drums, con quien Paulo mantiene una disputa judicial que, hasta que se resuelva, lo tiene afuera de los escenarios.
Colegas internaciones y del mundo local como Duky y hasta Nicki Nicole, entre otros, lo apoyaron, pero su colega y compatriota parece haberle jugado por la espalda. “Un placer trabajar con vos, Ovy”, fue el mensaje de Becerra con el que celebró lo que están llevando adelante juntos.
“Les juro que se me cayó una ídola. Era mi artista femenina favorita, pero me desepcionó”; “Argentina está con vos, rey. A los traidores ni cabida”; “Tranquilo, Paulo, esto va a pasar. Saludos desde Guatemala”, “Vos sos el mejor, no te llegan ni a los tobillos”, fueron algunos de los mensajes en apoyo a Londra en las redes sociales.
Disputa judicial
El artista empezó su carrera en las plazas de Córdoba, pero rápidamente comenzó a escalar. Fue tal lo que consiguió, que hasta el británico Ed Sheeran quiso grabar con él. Se convirtió en uno de los argentinos más escuchados en Spotify. Todo era alegría, hasta que el negocio que intentaron con él le quitó la sonrisa.
Así, la parte negativa comenzó en 2017, cuando viajó a Colombia para firmar un contrato con Ovy On The Drums y la productora Big Ligas.
Empezó a crecer y a medida que esto avanzaba, según contó Londra, le hicieron firmar una cláusula de manera engañosa. “Hice música como un loco; a los 19 me fui meses a Colombia y grabé sin parar. Podía hacer hasta 6 temas por día, todo gracias a esta disciplina que tenía del freestyle. Quise que mi primer tema sea Condenado para el millón para que sepan de lo que soy capaz”.
“Uno de los tantos días en donde dormía en la habitación de Ovy, que era donde grabábamos, Kristo dijo que al otro día tendríamos que hacer un video en donde nos mostremos como un equipo fuerte. Kristo vino con unas fotocopias, una lapicera cara y un filmaker, y me dijo que íbamos a hacer un video para subir a las redes y entonces nos hizo ponernos de espalda y me dijo que firme unas fotocopias mientras nos filmaban, pensé que era un simple video y nunca pensé que eso fuese un contrato el cual hagan valer de esa forma tan engañosa”, agregó.
Lo que le hicieron firmar decía que no podía usar su voz sin el consentimiento de ellos, con una cláusula hasta diciembre 2020. Eso llevó a que les iniciara un juicio pero, mientras tanto, por una cuestión legal, no pudo sacar nuevos trabajos. Actualmente Paulo puede volver a producir, sin embargo, el juicio por las regalías que se quedaron Big Ligas y Ovi On The Drums sigue su curso. Será un paso complejo para el artista, ya que poder demostrar la estafa será algo complicado de llevar adelante, pero no pierde las esperanzas.