Catherine Fulop se convirtió en una de las invitadas estelares del programa de streaming de Ángel De Brito, "Ángel responde", en Bondi Live. En su participación la modelo no se privó de contar ningún detalle de su íntimidad y recordó una divertida anécdota que le ocurrió junto a su hija y su yerno en Estados Unidos.
Todo ocurrió un día en que Paulo Dybala decidió invitar a los padres de Oriana Sabatini a comer, pero para sorpresa de Catherine Fulop y Osvaldo Sabatini fue en lujoso restaurante. "Y él por ahí decía bueno quiero ir a tal restaurante en Miami y eran restaurantes super costosos", comenzó revelando Fulop, sobre los gustos caros de Dybala.
"¿Cuándo decís costosos de cuánto hablamos?", le consultó Ángel De Brito. "Y de unos 100 y 200 dólares por persona. Depende también de lo que tomes", explicó la actriz venezolana.
"Ellos habían hecho una apuesta de que si ganaban no sé que el próximo que invitaba era él y esa noche Oriana me dice: 'Mamá, Paulo los quiere invitar a comer'. Y cuando entramos Paulo nos pregunta: 'han probado este champagne'. Le dijimos que no y cuando nos sentamos en la mesa le dijo a la gente del lugar que nos traiga ese mismo champagne", recordó Catherine Fulop sobre la increíble invitación que les había hecho el jugador de la Selección argentina.
"'Vas a tomar Cathi, ¿no?', me preguntó. Y yo dije: 'Sí, si. Claro'. Y bueno yo dije esta invitación es de Paulo porque pedían un plato, dos platos y no terminaban de comerse el plato y ya estaban pidiendo el otro. Y era sushi, todas cosas ¡caras!", exclamó sorprendida por las tentaciones que pasaban por sus narices.
"Y Ova también no lo podía creer. Así que cuando se terminó la primera botella, mi esposo me miraba con rayos que me atravesaban y me cortaban ¿no? Y entonces Dybala le dice que le pase su cartera a Oriana para pagar y Ova respiró. Pero Ori le dijo: 'No, paga mi papá'", indicó llena de risa, al recordar el momento.
Sin lugar a dudas, este no era un costo para el que estaban preparados y durante días se vieron muy movilizados en su casa por lo ocurrido."Te lo juro. Cinco días sin dormir mi marido. Porque nosotros no estamos para pagar un champagne tan caro. Yo no me pido un champagne con mi marido ni queriendo, no. La cena salió como 2 mil y pico de dólares", cerró con una carcajada aún sorprendida por la millonaria cifra que habían tenido que pagar para cumplir el capricho de su hija.