Narda Lepes (48) llegó puntual a la producción de Los Personajes del Año en el Museo Nacional de Arte Decorativo. Integra la exclusiva selección de GENTE, que distingue a quienes se destacaron por su labor durante los últimos meses.
Lució un equipo de pantalón negro con una blusa nude con capa, sobre la que ella misma bromeó: "Me siento medio superhéroe". Combinó el equipo con accesorios de Ginger & Co. Luego de la foto de rigor mostrando el total look, habló de sus proyectos.
"Creo que fue un año que nos marcó a todos. Compartimos el sismo global, que no se sentía global pero que lo era", dijo, tratando de explicar cómo vivió estos doce meses. Narda se mantuvo inquieta durante toda la pandemia, y tal vez por ello se defina como "súperhéroe".
"Estas últimas semanas fue lo del premio de los 50 Best, pero hice cosas durante el año que no pude terminar antes: el libro, la aplicación, el calendario...", comenta.
Reconoce que la pandemia estuvo atravesada por los realities de cocina, primero Bake Off Argentina y ahora MasterChef. "Lo que más me gusta es que los participantes son personas que conocen los juegos y las reglas de la televisión. No siento pena cuando los veo. No hay una historia que me dé pena atrás. Todos juegan", dice, y enseguida aclara que no volvería a ser jurado en un programa de este tipo. "Hay que esperar mucho. hice varios, pero me divierte más verlos".
Otra de sus facetas de "superheroína" es su restaurante. Hay 40 personas que trabajan en su comedor y durante la pandemia se tomó el tiempo para buscar la manera de que todo siga funcionando de la mejor manera posible. "Cuando arrancó esto supe que era a largo plazo. Me parecía imposible que fueran sólo 15 días. Cuando se permitía algo nos tomábamos unos días para pensar qué nos gustaría encontrar. Armamos una especie de mini almacén. Y fuimos agrandando la propuesta, sin soltar nada. No quería dar marcha atrás en nada", confiesa.
Eligió hacer la comida en el momento y cree que fue una decisión acertada. También considera que fue un acierto apelar a las emociones, indagando en sus propios sentimientos. "Siempre trabajamos relacionado a lo emocional".
Aunque nunca frenó y se mantuvo tan activa como pudo, sabe perfectamente cuál fue el momento en que recuperó la esperanza. "Cuando aparecieron los alcauciles fue un buen símbolo. Es una cosecha anual, de compromiso. Tenés que esperar un año sin usar esa tierra para otra cosa. Cuando volvieron los alcauciles sentí que la vida continuaba", remató.
Fotos y video: Alejandro Carra, Diego García, Carlos González, Cristian Beliera, Matías Campaya y Fabián Uset.