Una de las mejores apuestas que propone Netflix en el último tiempo es descubrir distintas producciones de diferentes países. Lo bueno es que a nivel global, uno se puede llevar sorpresas, como es el caso de Una madre perfecta, la nueva miniserie belga de Netflix, que se estrenó el 3 de junio y ya está en el top global de la plataforma.
"Una madre decidida a demostrar la inocencia de su hija termina descubriendo que la verdad duele… y que los límites entre víctima y victimario, a veces, se confunden", indica el resumen de Netflix en su sitio web oficial.
La novela original es Llamada a medianoche, de la escritora estadounidense Nina Darnton, es la base de la serie que muestra cómo una madre francesa asentada en Berlín debe probar la inocencia de su hija acusada de homicidio.
Lo que marca el punto de partida del esta miniserie en papel es que llega a la plataforma de Netflix convertido en un espacio de cuatro intensos episodios, donde la protagonista ahora se se llama Hélène Berg (Julie Gayet).
Ella vive muy cómoda en Berlín junto a su marido alemán, el cirujano Matthias (Andreas Pietschmann), y su hijo Lukas (Maxim Driesen), hasta que una mañana recibe una angustiosa llamada de su hija.
La que se llama Anya (Eden Ducourant) y estudia en París, donde luego de una noche de baile y copas se convirtió en la sospechosa de la muerte del joven llamado Damien Carnau (Charles Créhange).
El giro inesperado en su vida de Héléne, hace que deba regresar a París y busque ayuda para su hija. Es así que Hélène decide contactar a Vincent, un exnovio de su adolescencia que ahora es abogado. Sin embargo, a medida que avanza la investigación, la mujer comienza a sospechar que su hija podría estar más involucrada en el hecho de lo que creía.
