Máximo Espíndola y Agustín Bernasconi se ríen mientras escuchan uno de sus temas en vivo y explican cómo manejan los diferentes matices de sus voces. Están en plena promoción de Blanco y Negro, su tercer disco, en el que eligieron volver a su esencia, las baladas, y hacerlo sin ninguna colaboración.
Con estilos bien diferente, los MYA hablan con Revista GENTE, cuentan que están los dos solteros y que las canciones suelen contar historias, muchas, de desamor, recorren parte de su historia, hablan de lo que cada uno extraña de su provincia natal (Maxi es tucumano y Agus, cordobés) y recuerdan los tiempos en que ambos fueron chicos Cris Morena, cuando compartieron set en Aliados.
También prometen que este disco está pensando para shows en vivo (la gira federal culmina con los conciertos del 13 y 14 de diciembre en el Gran Rex) y que tiene el foco puesto en el acompañamiento musical.
-¿Cómo fue esto de reencontrarse con sus bases nuevamente? Porque este es un disco puramente de baladas...
Máximo: Bueno, la verdad es que estamos felices con este lanzamiento de Blanco y negro. Un disco que, como decías, es un poco reconectar con esa base de MYA de las baladas, de canciones que son mucho más cantadas, que están más orientadas al show en vivo. La verdad es que nos tiene muy contentos, porque la gente está recibiendo muy bien cada una de las canciones y también siento que la gente que nos sigue sabe que hay ahí un punto de encuentro en los shows con las baladas, así que queríamos hacer un disco que tenga 100 por ciento ese sentimiento.
-¿Qué fue lo que los llevó a apostar por este camino? En los últimos años venían haciendo colaboraciones y temas más bailables.
Agustín: Bueno, nosotros somos partidarios de que la música... Uno va creciendo también, si bien hay raíces y hay una esencia que siento que nosotros la tuvimos desde el momento cero. También uno se permite ir jugando un poco, en un momento hicimos música un poquito más movida, pero siento que el ADN nuestro es hacer canciones un poco más románticas que después uno las puede disfrazar o hacerlas cuarteto o hacerla reggeatón... Pero siempre detrás de todo eso había una canción, había una balada. Corazón guerrero, que es el cuarteto que tenemos, era una balada, 2:50, lo mismo. Entonces siento que uno va como disfrazándolas a través de la producción, pero eso siempre estuvo. En este caso, con este álbum, dijimos: "Bueno, por qué no hacemos todo el álbum completo que se la banque full romántico, baladas y canciones para llorar".
Máximo: Sí, es una apuesta al show en vivo también. Siento que nosotros somos una banda que nos caracterizamos, el fuerte nuestro, el show en vivo. Y la gente que nos va a ver espera ese tipo de música nuestra, así que lo hicimos también para salir de gira.
-En tiempos donde los artistas apuestan a las colaboraciones y habiendo hecho tantas (con Ha*Ash, Rombai, Mau y Ricky, Emilia, Rusherking, Tini, Lit Killah, Manuel Turizo y Soledad Pastorutti), en este disco decidieron evitarlas, ¿por qué fue?
Agustín: Esa fue una decisión importante porque veníamos de hacer muchas colaboraciones y hacer un disco solos también es una apuesta muy grande hoy en día con como está el mercado. Todos sabemos que suma hacer una colaboración y sumar un artista y bueno, fue medio una decisión que tomamos entre los dos y el equipo.
Máximo: Totalmente, siento que en proyectos anteriores, en otros discos, tuvimos bastante colaboraciones. Nos gusta el hecho de combinar diferentes estilos, a partir de la base melódica y romántica poder jugar con diferentes ritmos. Pero en este caso teníamos ganas de potenciar un poco esa identidad y ese audio de MYA con este disco.
-¿Quiénes son sus referentes de las baladas?
Agustín: Mucho, qué sé yo. Desde Luis Fonsi, Sin Bandera, Reik... como que somos mucho de esa escuela también y los tuvimos mucho en cuenta. Abel Pintos.
-Hablaban de apostar al show en vivo, ¿Qué va a tener de particular?
Máximo: El formato de este show, de esta gira, va a ser más orientado al concierto. Es un show en el cual queremos darle más foco a eso, a los músicos, a las canciones, a las versiones de las canciones y a la parte musical. No tanto a lo visual, por decirlo de alguna manera. Conectar con la gente muchísimo más desde ese lado. Si bien siempre lo hemos hecho y por ahí nos caracterizamos por hacer más de esa parte, siento que en esta gira está más puesto el foco ahí todavía.
Agustín: Sí, un poco más íntimo por así decirlo. Obviamente no va a ser un show acústico, pero sí la idea es que la gente vaya a conectar 100% con las canciones y con nosotros.
-Pensaba en el tema de las baladas y dónde viene inspiración, ¿están en pareja ustedes?
Agustín: Estamos solos.
Máximo: Solteros.
Agustín: Sin apuro.
Máximo: Igual siempre hay cositas.
Agustín: "Igual siemore hay cositas", ¡Maxi!, triaba esa: "Siempre hay algo ahí" (risas).
Máximo: No, no. Pero digo como inspiración... Siempre hay como cosas que a uno le queda como en la memoria, no sé, como esos sentimientos que por ahí no se borran o inspiraciones de historias que que conocemos.
Agustín: Una sensación que inspira...
Máximo: Hay sensaciones y también hay acordes, hay melodías... Hay sensaciones que van brotando en el estudio o querer contar o contar una historia. En el caso de Soy, por ejemplo, está más orientado al mensaje que queríamos transmitir a través de la letra. Siempre está en la inspiración, desde que empieza a sonar alguna melodía se encuentra y llega.
-Dicen que cuando uno tiene el corazón roto es cuando mejor escribe, ¿les ha pasado?
Agustín: Puede ser que haya alguna canción que hayamos escrito por algo que nos pasó a nosotros. Siento igual que hay una tendencia general que uno cuando está... es más consciente, quizás, cuando está más triste o con el corazón roto de lo que está sucediendo a cuando está mega feliz. Entonces para mí viene un poco por ahí, como que, no sé, tendés a estar más, para escribir o lo que sea, estás más en esa y te das cuenta de que estás mal y todo. Cuando estás súper feliz por ahí, no sos tan consciente de eso. Pero sí hemos escrito canciones tanto en momentos buenos como en momentos malos.
-¿Hay alguna canción que hayan escrito tomados por alguna sensación triste?
Agustín: No me acuerdo, che.
Máximo: No sé si hay una en específico. Pero sí muchas veces la música es un canal de escape o de expresión. No sé si hay alguna canción que te puedo decir en específico "esta" o "esta palabra", pero sí.
Los MYA: de su pasado con Cris Morena a su componente federal
Maxi y Agustín se conocieron en Aliados, en 2013, donde interpretaron a Gopal, un ser de luz, y a Manuel, un chico que sufría bullying, respectivamente. Se hicieron amigos y se mudaron juntos, a una casa donde también vivían con Julián Serrano y Eliseo Rentería. Fue ahí cuando arrancaron con los covers y tiempo después, en 2017, les llegó la propuesta de firmar con una discográfica. Hoy tienen tres discos y miles de fans.
"Trabajar con Cris fue una escuela inmensa", dicen.
También cuentan qué parte de sus raíces cordobesas y tucumanas siguen vivas y recuerdan cómo fue ese proceso de pasar de ser provincianos a sentirse un poco "porteños".
"La tonada y la ese no se van", confiesa Maxi.
-Hace poco Cris Morena celebró su vuelta, ¿qué se acuerdan de los tiempos en que fueron parte de su semillero?
Agustín: A Cris Morena la amamos. Fue gran parte de nuestra carrera, de nuestro crecimiento. Fue una escuela inmensa para nosotros. Fue el proyecto que nos trajo para Buenos Aires, también, porque somos del interior nosotros y todo lo que vivimos, con el elenco, con ella, con el equipo... fue todo increíble. Y estamos súper felices con todo, que vuelva, que haga ficciones para siempre.
-¿Cuántos años tenían?
Máximo: 15 y 17.
Agustín: Pendejos, éramos.
-Y si piensan en retrospectiva entre esos Maxi y Agus que llegaron del interior y lo que son hoy.
Máximo: Éramos unas ratitas. Re chiquitos.
Agustín: Sí, obvio. Fue un momento muy loco en nuestra vida, por todo lo que significó meterse en un proyecto tan grande como es siempre hacer algo con Cris. También el hecho de venirse a vivir, cambiar la vida, o sea, venir de Tucumán, de Córdoba, de un pueblito de 3.000 habitantes, a Buenos Aires... fue como todo un flash, pero bien.
-¿Se aporteñizaron?
Máximo: Ahora "sha" estamos re bien.
Agustín: ¿Qué te pasa boludo? ¿Qué hacés chabón? "Posho".
Máximo: Bueno, hay cosas que se te pegan seguro, llevamos 12 años acá. Pero no se van la tonada, y la ese, no se van.
Agustín: Igual nos encanta Buenos Aires. No lo cambio por nada. Hay algo que creo nunca cambia, te aporteñizás un poco por el hecho de escuchar las 24 horas gente que habla porteño. Pero hablo con mi vieja, ponele, y digo: "Qué cordobesa". Pero claro, así hablaba yo también. Y vuelvo a Córdoba dos días y empiezo a hablar como mis amigos, o sea, muy cordobés. Eso no se pierde nunca.
-Ahora que pasaron tantos años, ¿qué creen que hizo que este dúo dure tanto?
Máximo: Yo creo que hay algo de lo federal... Y esa pasión por lo que amamos, que es la música. Creo que reconocimos en el otro una esencia parecida y una pasión muy similar, unas ganas de crecer en lo que amamos muy similar. Y bueno, de a poco el camino también nos fue encontrando y nos sentimos muy cómodos haciendo música juntos... Desde que hacíamos covers hasta que empezamos a escribir juntos. La dinámica siempre fue muy positiva, así que acá estamos.
-¿Qué le aporta uno al otro?
Agustín: Creo que es completamente una balanza, un equilibrio. O sea, no sé, específicamente qué aporta uno, qué aporta el otro. Pero sí siento que encontramos en el otro ese respaldo o esa cosa en la que uno se apoya también que fue un aprendizaje y sigue siendo un aprendizaje diario... Pensar de a dos, confiar un poco en el criterio del otro, en lo que piensa, y esa confianza que nos fuimos ganando con el tiempo.
Fotos: Cortesía de Sony Music