La historia de amor de Mauro Szeta con la fiscal criminal Clarissa Antonini comenzó hace 11 años atrás, de cuando Mauro tuvo que hacerle una entrevista: “Me tocó a mí como periodista ir a buscar información de un caso a la fiscalía y hacerle una nota a ella como funcionaria. Así la conocí, pidiéndole información sobre un caso y desde entonces empezamos a salir”, relata el inicio de su relación, con quien es hoy uno de los pilares fundamentales del reconocido cronista de policiales.
En ese marco, el protagonista del Íntimo de la Semana de GENTE confesó: “Nunca tuve una concepción de tener una familia convencional. Nunca creí en esos modelos estereotipados del componente de matrimonio y dos hijos”. De hecho, el periodista de Corta por Lozano actualmente convive con su esposa Clarissa Antonini, con quien se casó hace tres años luego de una relación de poco más de una década, y disfrutan de la crianza en conjunto de su “nieto de corazón” Lucca, dado el caso que nunca llegó a ser padre.
-¿Qué es lo que te enamoró de Clarissa?
- De Clarissa me enamoró su valentía, su forma de ser: tiene un corazón abierto a todo, es una mujer con mucha energía y siempre positiva, que ama mucho a su familia y esa es una imagen que me gusta de ella. También me gusta que no es cursi, no cumple con los estándares del amor tradicional. Recuerdo que en un comienzo yo venía con la cabeza más volada, más romántica: un día estábamos caminando, era una de las primeras salidas que tuvimos en Chascomus y yo me hice el romántico. Le quise dar una flor marchita que vi en el piso y ella me miró como diciendo: ‘Esto no significa absolutamente nada’.
-¿En qué sentido no cumple con los estándares de amor convencional?
-No hay estereotipos, Clarissa es recontra profunda, tiene mucho compromiso social, se involucra, pero no necesita de estereotipos ni de frases hechas para demostrarlo. Lo que habla muy bien de ella.
-Ambos tienen trabajos que se vinculan o pueden vincularse entre sí. ¿Son de hablar de casos policiales entre ustedes?
-No, no hablamos mucho de trabajo. No es algo en lo que se nos vaya la energía por hablar del trabajo de cada uno, es un punto que se charla, pero no es nuestro punto de conexión. No atraviesa nuestra charla diaria de pareja.
-¿Cuál es su punto de conexión como pareja?
- A nosotros nos encanta viajar y conocer culturas nuevas. Nuestro norte son las vacaciones como un punto de conexión entre nosotros. Nuestra luna de miel, por ejemplo, fue maravillosa en Turquía. Otro viaje que hicimos en su momento fue Maldivas, un lugar exótico al que no creo que vuelva nunca más en la vida. A Clarissa y a mí nos encanta viajar y tener historias de cada lugar, y recordar historias en cada lugar. Disfrutamos complementando el descanso con la cultura y la historia. Nos encanta caminar mucho y recorrer mientras conocemos.
-¿Algún lugar que te haya marcado?
- Todos, cada uno tiene un atractivo distinto. Pero si tuviera que decir uno, sería Estambul. Es un lugar que se nos conjugo con la luna de miel, y nos llevó por delante con una ciudad súper moderna y a la vez cultural en el extremo oriental. Nos fascinó, nos quedamos maravillados con un mundo distinto al que no estamos acostumbrados.
-Por lo que entiendo han viajado mucho… ¿Cómo sobrellevaron esta actividad con la pandemia?
Hemos viajado por: Uruguay, Brasil, Colombia, Italia, Estados Unidos, entre otros países. Viajamos muchísimo la verdad, es algo que extrañamos mucho. Pero durante la pandemia pudimos sobrellevarlo vacacionando por acá. Íbamos a las afueras de La Plata, a una casa de fin de semana.
-Y cuando no pueden viajar... ¿Qué suelen hacer en Buenos Aires?
-Cuando estamos en la Ciudad, somos de salir a comer. Ahora estamos con un mambo alimenticio en el que sigo una dieta donde como 70% vegetal y 30% carne, así que estamos invertidos en la dieta de cada uno, tratando de congeniar y aprender a comer comidas diferentes. En ese sentido, hacemos como excursiones nocturnas para conocer lugares distintos y está buenísima la experiencia. Por otra parte, vamos bastante al teatro, me gusta mucho. Nuestro mantra con Clarissa es ir buscando distintos caminos para mantener la relación dinámica y no caer en la monotonía.
El motivo que llevó a Mauro Szeta a no ser padre
El periodista especializado en temas policiales en diálogo con GENTE expresó que "nunca tuve la concepción de ser papá, no lo tuve como una imposición, no es que se me fue la vida en eso. En algún momento me hubiera gustado serlo, pero el trabajo me hizo relegarlo", aseguró.
Al ser consultado sobre si se animaría a ser padre ahora, Mauro Szeta confesó que le parece que ya está tarde para eso y, aunque reveló que "no adoptaría", actualmente disfruta "mucho de la crianza que llevamos adelante con mi esposa Clarissa de nuestro nieto Lucca", el hijo de Camila, la hija de Clarissa Antonini.