A las 18 en punto, Claudia Villafañe y sus hijas, Dalma y Gianinna Maradona, llegaron a la convocatoria denominada "Marcha por Maradona". Sin organización previa, fogoneada a través de las redes sociales desde la pasión, pero sobre todo desde la indignación que provocó la muerte de Diego Maradona, el caos se apoderó de la situación.
Acompañadas por un grupo de personas de seguridad, Claudia, Dalma y Gianinna arribaron al Obelisco, donde había unas 3 mil personas reunidas. Apenas aparecieron comenzaron las corridas y situaciones que no se pudieron contener. Mientras tanto, ellas intentaron avanzar (tenían pensado dar la vuelta al Obelisco) detrás de una bandera con la leyenda “Condena social y judicial para los culpables. Justicia por D10s”.
Sin embargo, nada salió como se esperaba, y apenas 13 minutos después de la llegada tuvieron que abandonar el lugar en medio de un caos. Fue tal el descontrol que se generó, con gritos a favor de Diego y otros en contra de Claudia, que las tres, custodiadas, tuvieron que resguardarse en un hotel cercano al lugar.
Sin la asistencia de un megáfono, sin un palco para que pudieran tener mayor atención, no pudieron hablar y los manifestantes comenzaron a acercarse de manera peligrosa. Se produjo una serie de robos a los periodistas que estaban cubriendo la marcha y el descontrol terminó en bochorno por la falta de coordinación. Todo lo que estaba imaginado no se pudo llevar adelante y Villafañe se retiró con gesto adusto, desencajada y fastidiada.
Por otro lado, Verónica Ojeda, junto a Mario Baudry y Dieguito Fernando, quisieron acercarse al sitio, pero no lograron llegar. Fue tal lo que se vivió, que rápidamente quienes estaban en el sitio, ante la partida de los familiares de Maradona, abandonaron el lugar 30 minutos después.