El título de la primera novela de Luis Novaresio (60) –'Todo por amor, pero no todo'– invita, en primera instancia, a la reflexión. Empezar a bucear en esta faceta del comunicador es toda una incógnita. ¿Hay algo de realidad? ¿Por qué escribir sobre el amor? ¿Cómo se rompe la barrera de ese periodista serio que lidia a diario con la información más dura de un país como Argentina y que se mete en el mundo de la novela?
“No he visto de frente a ninguno de los personajes. Apenas con dificultad los pude imaginar”. Con esa frase el comunicador empieza a adentrar a los lectores en esta ficción que armó y que fue publicada recientemente por editorial Sudamericana.
“Sentarme a escribir me genera un placer enorme. Desde que tengo uso de razón, desde que puedo escribir, que yo quería escribir ficción, cuentos o novelas. Y en la última mudanza encontré algunas cosas que había escrito horribles, que por cierto descarté. Para mí esto es un desafío de imaginación, porque escribir ficción supone imaginación, y finalmente me genera una gran alegría saber que puedo concretarlo”, afirma el periodista en una charla con Revista Gente.
-¿Te enfrentaste a algún tipo de prejuicio al escribir un libro como este siendo que hoy el grueso del público te etiqueta como un periodista político?
-Sin la menor duda me enfrenté a un prejuicio de saber que yo soy un periodista que trabaja en la tele, en la radio y que habla de actualidad y de política y que ahora me arriesgo a escribir ficción. Fue probablemente el mayor riesgo que tomé, pero es mucho más fuerte el deseo que las consecuencias de ese riesgo.
Luis Novaresio y un encuentro en primera persona con el amor
“El amor es muy difícil de ser definido. En la novela uno de los personajes y la profesora de filosofía Berta Orlás citan a José Pablo Feinmann diciendo que es una alienada y gozosa pérdida de la libertad. De manera racional y de manera emocional, creo que es un poco eso, encontrar una persona por la que uno deja de ser un poco quien es para formar algo distinto que se llama pareja, me parece que es eso, un encuentro de pares, de personas que se acompañan que se apuntalan, que te hacen hacer distinto”, comenta el conductor de LN+.
–¿Se puede decir que el amor para vos cambió tu vida?
–Siempre el amor cambia. Creo que es imposible que nadie pueda decir que el amor no le ha cambiado la vida. A mí sí: cada vez que me he enamorado me ha cambiado la vida y para mejor, pensando que he tenido amores con buenas personas, de las que he aprendido, con las que me he modificado y que definitivamente he sido otro.
–¿Qué fue lo más loco que fuiste capaz de hacer por amor?
–Irme a Europa para encontrarme con alguien de quien estaba enamorado. Me parece que eso es lo más jugado que he hecho. Y también por Braulio he hecho cosas muy alocadas… antes de que empezáramos a tener algún tipo de vínculo, yo estaba viajando en el exterior y le mandé un regalo diciéndole que quería encontrarme a cenar con él.
–¿Te descubriste a vos mismo escribiendo esta novela?
–No, no me descubrí en los personajes. Pero sí descubrí que tengo una voz para contar, y eso me gustó mucho. Cuando vos intentás escribir, lo que tratás de hacer es encontrar, saber si tenés una voz para contar. Yo pensé que hay una voz, que hay un modo, que hay un valor en los diálogos que generé en el texto.
–Aplicado a tu vida, ¿Cómo definís tu historia de amor con Braulio?
–Es la historia de alguien al que considero un par, alguien al que admiro, que me hace mejor persona, me ayuda, me acompaña y está ahí presente. Y siento que yo también le ofrezco eso.
–¿Se sienten realizados como pareja o aun hay sueños por cumplir en conjunto?
–No me gusta hablar en plural, pero yo puedo decirte que me siento muy feliz en esta relación y que siempre hay sueños porque los dos somos personas con deseos, con ganas y mucho por hacer.
–Me gustaría ampliar el concepto de la infidelidad, que bien retratás en el libro. ¿Por qué se puede sacar algo positivo al transitar por ese estadío?
–Yo creo que la infidelidad en nuestra cultura está vinculada siempre a la monogamia y me parece que eso es interesante ser planteado. Yo creo en algo de exclusividad del amor, pero creo que debe ser pactado, acordado. Hay parejas que acuerdan no tener fidelidad sexual y por lo tanto no son infieles cuando tienen sexo con otro. La infidelidad está dada por no cumplir aquel acuerdo que se ha planteado con quien es hoy tu pareja. Es todo lo explícitamente hablado, conversado, puesto de manifiesto y discutido.
–En estos tiempos de amor moderno, ¿apostarían a darse ciertas licencias de libertad en el vínculo?
–Me parece muy simpática la pregunta por esto de darte licencias, como si estar en pareja significase perder la libertad o el derecho a desear, a tener cosas. Nosotros hablamos con Braulio todo, conversamos qué tipo de pareja queremos y sobre todo nos acompañamos. Creemos, y por eso me permito hablar en plural porque lo hemos hablado, en la felicidad de este vínculo en conjunto.
“Soy una persona sexual”
Entre la ficción y la realidad. Las historias retratadas en el libro le permiten al lector hacer paralelismos con otras de la realidad. Es cuestión de dejar pasar las páginas para no buscar algún punto de coincidencia.
–Si bien la novela es cien por ciento ficción, ¿Por qué crees que a muchos les pasa que al leerla se sienten identificados con alguna historia o encuentran representada la figura de alguien que conocen?
–Es muy interesante lo que pasa con la novela, recibo mensajes de personas que se sienten identificados con Uno, con Ana o con Lourdes y Gerardo. Otros que empiezan aborreciendo a alguno de los personajes y terminan diciendo hay una cuota de ese personaje que los representa. Lo que pasa con la novela es que plantea temas que a todos nos atraviesan o, por lo menos, nos interpelan respecto de qué nos pasa con el amor.
–¿Por qué se escandalizó tanto Mirtha Legrand al leer el libro?
–Mirtha se escandalizó en broma irónica y simpática como es ella diciéndome “tiene mucho sexo el libro” y yo le expliqué que son amores apasionados e inevitablemente en el amor apasionado hay sexo.
–¿Te consideras una persona muy sexual?
–Yo creo que sí. Soy una persona sexual que disfruta del sexo.
–A lo largo de las páginas se evidencia mucho el concepto de libertad. ¿Qué significado tiene en tu vida?
–La libertad es un concepto muy importante porque sólo podés elegir cuando estás en plena libertad y la vida es un proceso de elecciones. El perseguir el deseo es saber que hay opciones diferentes y por lo tanto uno tiene que ser libre para poder elegirlas tratando de ser responsable. Profeso la libertad con responsabilidad, no con culpa.
–¿En qué momento se traspasa la línea de la libertad al libertinaje? ¿Alguna vez a vos te pasó?
–No tengo muy claro qué es el libertinaje. Me parece que lo que popularmente se habla de libertinaje es esto que yo decía, una libertad sin considerar la responsabilidad de las acciones que se toman. No me pasó nunca.
Fotos: Rocío Bustos.
