En el program Los 8 escalones, los participantes que ganan se llevan una gran suma de dinero, algo que les permite mejorar su calidad de vida o realizar un viaje que venían esperando desde hace mucho tiempo. Esta vez el público se vio conmovido por la historia de vida de uno de los participantes. Se trata de Alexis, quien se presentó en silla de ruedas y emocionó a todos los presentes al detallar la enfermedad que padece que le dañó el sistema nervioso central.
“Hay una medicación que me quiero aplicar y estamos en trámite con eso. Pero la obra social pone trabas porque la medicación es muy cara. Entonces el dinero lo usaría para pagar los abogados y el amparo”, detalló hace unos días, antes de ganar sus primeros 2 millones de pesos Alexis.
La conmovedora historia de vida de Alexis
Alexis tiene 23 años y vive con su mamá María Rosa en el bario de Villa Lugano, en Capital Federal. Desde el comienzo del programa a Alexis se lo vio con mucha confianza en sí mismo para afrontar un difícil cuestionario de preguntas que contestó casi en su totalidad para poder llegar a la final del juego.
El jugador se hizo acreedor de los 2 millones de pesos y decidió continuar al día siguiente compitiendo por el doble de dinero. Así fue como el martes, Alexis se volvió a presentar en el certamen y recordó que el destino de la abultada suma de plata va a ser destinada a un medicamento especial, el cual, según aseguró, es muy caro para su economía y cuyos efectos le harían su vida mucho más amena.
“Por ello, y ante la negativa de mi prepaga en querer cubrir el costoso tratamiento, pienso invertir una gran parte de la plata en abogados que encabezarán un proceso para llegar a un buen puerto”, reveló el jugador inteligentemente.
Finalmente, el martes a la noche Alexis volvió a ganar el juego y se llevó 4 millones de pesos. En la noche del miércoles regresó para competir por 6 millones. Junto al resto de los participantes, el joven quedó en la final junto a otra compañera.
Alexis se coronó como ganador y al instante, su familia se acercó a abrazarlo mientras recibía el cheque por una suma de dinero que será utilizada para su sueño y para mejorar su vida.