En 2014, Mica Viciconte saltó a la fama cuando se presentó en Combate, el reality de El Nueve. En el programa que se caracterizaba por la destreza física de los participantes empezó a crecer en popularidad hasta convertirse en una de las más representativas de la farándula argentina gracias a su talento.
Mica suele ser reacia a mostrar su vida privada. Sin embargo, cada tanto abre una puerta, como lo hizo semanas atrás para presentar a Lara Viciconte, su hermana menor. Inmediatamente el público que las sigue empezó a hablar del parecido físico y de los rasgos casi calcados. Similitudes que parecen ser solamente estéticos, pero no de sentimientos.
Lara tiene 28 y es la menor de 3 hermanos. El tercer integrante es Diego, el mayor, que trabaja como policía. Ella vive en Mar del Plata, de donde es oriunda la familia Viciconte, y logró hacer una carrera y abrirse camino y establecerse. Habla de su hermana y resalta el buen presente y lo unidas que son.
En una charla con GENTE, hace referencia a la infancia con Mica: “Durante la infancia la verdad que no nos llevábamos muy bien. No éramos nada compinche. Todo esto, la buena relación que tenemos, de hablar todos los días, surgió cuando ella se fue a Buenos Aires a estudiar, que se fue a la casa de mis abuelos. Recuerdos de la infancia con ella no tengo muchos”.
Sin embargo, todo cambió cuando se distanciaron por cuestiones de la vida, cuando Mica se armó el bolsito y partió a la gran ciudad, en busca de su futuro: “En ese momento nos acercamos mucho más y ahora nos vemos muy seguidos, planeamos viajes para irnos de vacaciones, es otra relación totalmente distinta”.
—¿Qué tienen en común y que las diferencia?
—Somos muy temperamentales las dos, pero lo que nos diferencia que ella es un poco más fría que yo, yo soy mucho más sensible, lloro bastante, lloro por todo te diría. Pero lo que tenemos en común es que si te metes al algo que queremos las dos vamos al cuello, en eso no dudamos, no sé si está muy bueno eso. Por otro lado, ella es muy blanco o negro, yo puedo llegar a tener algún gris en ciertos temas. Las dos somos estructuradas, pero ella es demasiado, mucho más que yo.
—¿Podrían trabajar juntas?
—Sí, yo creo que sí. Más allá de las diferencias que te marqué, de que nunca trabajamos juntas, creo que seríamos compatibles. Combinamos bien más allá de que tiene su carácter.
—¿A qué te dedicas en Mar del Plata?
—Soy profe de educación física, me recibí el año pasado. También tengo varios instructorados en levantamiento olímpico, personal trainer, técnica en musculación, un curso de lengua de señas. Cuando me junté con mi novio él ya tenía un box de crossfit y después pusimos otro. Trabajo ahí y también tengo clases personalizados y grupos reducidos para adultos mayores.
—¿Toda la familia es deportista o solamente Mica y vos?
—Yo no era deportista, siempre me dediqué al arte. Hice teatro y baile, que todavía sigo con el baile, me encanta. Lo del crossfit empecé hace cinco años, me gustó muchísimo y me empecé a dedicar de otra manera. Mica y Diego si hicieron deportes desde chicos, fue algo que nos inculcaron nuestros padres, pasa que yo lo agarre de más grande.
—Además tenés un emprendimiento gastronómico.
—Si, se llama Pastas Lari, es algo que surgió el año pasado, en la pandemia. En nuestro caso tuvimos que cerrar un box y nos quedamos con uno solo gimnasio que se llama Jarko crossfit. Con pastas, un emprendimiento mío, nos fue muy bien. Cocino yo acá en mi casa, no es que tengo un local, porque es algo que me gusta mucho, pero no es a lo que me quiero dedicar, lo que quiero para mi vida. Con esto estoy los fines de semana.
—Me imagino que fue complejo durante el año pasado
—Si, fue muy duro, como le pasó a todos los que tienen emprendimientos. En nuestro caso lo que te dije, cerrar un gimnasio, buscar alternativas para suplantar esa entrada de dinero que perdimos. Ahora remontamos un poco, pero el año pasado fue duro.
—¿En algún momento pensaste mudarte a Buenos Aires para seguir con tu parte artística?
—Si, en un momento lo pensé. El teatro es algo que me encanta, que acá lo hice muchos años…
—¿No te ves un MasterChef?
—Si me gustaría, porque me gusta cocinar, pero no. Lo que pasa que no funciono muy bien bajo presión. Por lo que te comenté, soy muy muy sensible. Lloro por todo y no la pasaría bien.
—Estás en pareja con Emiliano Mulieri...
—Sí, hace varios años que estamos juntos. Él es de Mar del Plata, exjugador de rugby profesional. Jugó en Los Pumas, en Italia, en Francia. Tenemos una relación muy linda, nos complementamos muy bien.
