Aunque normalmente austera en su forma de vestir, la reina Isabel II (94) cuida cada detalle. Elige los colores con detenimiento –es usual verla con looks monocromáticos– y apuesta a los accesorios clásicos, ya se trate de broches con significado histórico, sus paraguas –siempre al tono– o su cartera, un ítem infaltable.
Teniendo un séquito de asistentes siempre cerca, parece difícil entender por qué la monarca elige llevar siempre un bolso con ella. Sin embargo, no se trata de un accesorio cualquiera, sino de un objeto que le permite enviar mensajes en código al servicio de seguridad.
Tan importantes son los bolsos para la reina Isabel II que su marca predilecta de accesorios, Launer, ha desarrollado un modelo especial para estar a la altura de los requerimientos de la monarca. Gerald Bodmer, representante de la firma, confesó que debieron hacer una línea más ligera para una de sus clientas más antiguas- Isabel II lleva más de 6 décadas luciendo modelos de la marca.
Eso sí, según el mismo Bodmer ha declarado, la reina no tiene en realidad tantos bolsos: es que las carteras de la marca son de alta calidad y ella los usa una y otra vez. La primera condición para que los use es que sean de manufactura británica. En general, la firma personaliza modelos que ya tiene (y que ofrece en su web en un rango de precios que oscila entre los 2.300 y los 2.800 dólares), siguiendo las directivas de Angela Kelly, vestuarista de la monarca.
Según Sally Bedell Smith –biógrafa de Isabel– la reina lleva en su bolso un espejo, un labial, una lapicera, algunas pastillas de menta para la garganta, unas gafas y, los domingos, dinero para dar como donación a la iglesia.
Pero, al igual que para otras monarcas europeas, la cartera es mucho más que un accesorio para la reina británica. Más que un complemento, es un medio de comunicación, una herramienta para enviar mensajes en clave a sus asistentes y al servicio de seguridad.
"Sería muy preocupante si estuviera hablando con la Reina y viese cómo se cambia el bolso de una mano a otra", afirmó Hugo Vickers, historiador real, en entrevista con People. Y explicó: "Ésa es la señal que la reina utiliza para indicar a su personal que está lista para finalizar su conversación".
Entonces, si Isabel cambia de brazo su cartera alguien aparecerá para solicitar su atención y "rescatarla" de esa situación, como dice Vickers, "de una forma muy discreta, sin ofender a nadie".
Pero ésa no es la única señal que puede dar la reina con su cartera. Si en una comida coloca su bolso sobre la mesa, es la clave para que el servicio real sepa que la reunión debe acabar tan pronto como sea posible. Y si la coloca sobre el suelo, está anunciando que no disfruta de la conversación. Como respuesta, su dama de honor la rescatará en segundos.
Según Vickers, la reina usa también otro elemento para mantener informados a sus asistentes. Se trata de su anillo de boda: al hacerlo girar, enciende la alarma para que alguien la busque inmediatamente.
