Rossella Della Giovampaola y Gustavo Yankelevich son una de las parejas más envidiadas del mundo del espectáculo y llevan 22 años juntos. Antes de iniciar su relación, Gustavo se había separado de Cris Morena en 1995, con quien tuvo a Romina Yan y Tomás Yankelevich.
Por su parte, ella fue pareja del banquero y empresario Jorge Garfunkel con quien tuvo una hija, María Toscana. Hoy ella se define también como una “nómade” que hace escalas en Buenos Aires, Punta del Este, Miami, Nueva York, Londres y París. “Hay que intentar vivir la vida bellamente y con alegría porque, frente a la muerte, las cosas materiales no son nada. El verdadero lujo está en los afectos”, plantea.
En una entrevista, ella aseguró que luego de su separación, todos sus amigos querían presentarle a alguien, hasta que llegó Gustavo. "Todo el mundo tenía un candidato para presentarme y para mí era un bodrio. No tenía idea de quién era Gustavo porque no prendía la tele, y si lo hacía, solo miraba dibujitos. Ni una foto vi", expresó, en una nota para La Nación.
"Yo tenía 34 y María Toscana sólo cuatro. Fue difícil", contó Rossella en una entrevista al referirse al momento en el cual quedó viuda. "La familia de Jorge y mi cuñado me apoyaron muchísimo. Después de dos años quise volver (a Italia). Mi padre también estaba solo. Un mes antes de hacer las valijas, lo conocí a Gustavo (Yankelevich) ¡y ya no me pude ir!", cuenta.
"Cuando mi hermana, que lo conocía, se enteró de que no tenía novia, armó una cena con él y Gino Renni, un amigo de los dos, con el claro propósito del enganche. Gustavo ya sabía todo de mi vida y obra, y creo que por eso estaba tan histérico. Lo primero que me dijo fue: 'Soy corto, bastante tímido y hasta antipático'. Pero esa noche, no paró de hablar ni de reírse. Pensé: 'Qué esfuerzo. Debe ser piola e inteligente'", expresó con respecto a su primer encuentro.
Además, confesó como siguió su relación luego de "la primera impresión": "A la semana me invitó a cenar, y me dijo: 'Vamos a ir a un restaurante en Martínez, medio aislado, así nadie nos molesta'. Y yo pensé: 'Dale, ¿tan importante sos?'. La verdad es que no conocía mucho al personaje que estaba del otro lado de la mesa ni de su repercusión en la Argentina".
"Nos sentamos al fondo, cerca de un ventanal. Estábamos comiendo, de repente levanté la mirada y había dos fotógrafos en la ventana. Gustavo se puso blanco. Fue una salida medio shockeante, pero me hizo gracia porque él pensó que había hecho todo perfecto. Al día siguiente me volvió a llamar y seguimos saliendo".
"Me estaba yendo a Italia, él me acompañó al aeropuerto y me dijo que si hubiera tenido el pasaporte se subía al avión conmigo. A la semana, viajó a verme. ¡Sacó toda la artillería! Era imposible no derretirse", confesó emocionada.
Si bien nunca se casaron, la pareja ya lleva más de 24 años juntos y expresan su amor en cada ocasión. "Él es más tímido y menos fashionista y yo más sociable. El casamiento es una vez en la vida. Vivimos en casas separadas, la mejor fórmula, pero nos vamos de vacaciones juntos", explicó ella.