Mauro Icardi continúa "haciendo buena letra" en redes luego de la filtración de chats con la China Suárez que disparó su crisis con Wanda Nara. Su estrategia para recuperar la confianza de su esposa, revertir su error y recompensar públicamente el ego herido de la madre de sus hijas viene de la mano de la decisión de dejar de seguir a todos a Instagram, excepto a ella.
Además, como ya exhibió, su contundente gesto se suma a los pedidos diarios de perdón en su feed de Instagram. Desde hace cuatro días que dedica un posteo diario a Wanda. Según aclaró la empresaria cosmética en diálogo con Yanina Latorre en LAM (eltrece), no es ella quien lo obliga a compartir pruebas de amor.
En sus últimos posteos, el jugador del Paris Saint Germain compartió fotos viejas y expresó a modo de disculpas: "Gracias mi amor por seguir confiando en esta familia hermosa. Gracias por ser el motor de nuestras vidas. Te amo".
"Cuanto duele lastimar a tus seres queridos. Solo sanás cuando tenés el perdón de a quiénes herirte", cerró el jugador, obteniendo miles de comentarios pero sin conseguir que Wanda volviera a seguirlo.
El posteo de Mauro Icardi tras el descargo público de la China Suárez
Esta mañana y luego del descargo de la China Suárez, Icardi subió a su feed un nuevo post en el que arrobó a la manager futbolística y compartió una imagen juntos que pertenece a un viejo shooting en blanco y negro en el que se ven claramente los tattoos que ambos se hicieron en honor de sus hijas, Isabella y Francesca.
Este movimiento se suma a las reiterativas publicaciones en su feed de Instagram dedicadas a pedirle perdón a la mujer que ama y a quien, admitió, lastimó.
Al momento, y a pesar de todas las muestras públicas de arrepentimiento, Wanda no revirtió la decisión de clavarle el unfollow.
Al tiempo en que Mauro compartió su nuevo post, Wanda optó por subir a sus Instagram stories un almuerzo en las Galerías Lafayette con Kennys Palacios, su amigo, peluquero y confidente que la acompaña en este difícil momento que consideró como "un infierno".
