El pasado domingo, tuvo lugar la 93ª edición de los Premios Oscar y para sorpresa de muchos, registró el rating más bajo de su prolífera historia, con un promedio menor a 10 millones de personas.
Un día después, el actor Arnold Schwarzenegger, visitó el programa de Jimmy Kimmel y sin titubeos expresó: "La razón por la que sólo vi un tercio es porque era muy aburrido". Y agregó: "Básicamente lo apagué. No pude verlo más. ¿Cómo pudieron con todo ese talento hacerlo tan aburrido?.
Inmediatamente, el conductor le consultó al protagonista de Terminator, si tenía alguna idea para darle vida a la ceremonia. "Creo que la próxima vez tal vez deberían llevas los premios Oscar a Muscle Beach (una zona en Venice, California)".
Las críticas a la última entrega de premios de la Academia se replicaron en las redes sociales, en parte porque los organizadores no pusieron límite de tiempo a los discursos y se volvieron muy agobiantes. Además, cambiaron el orden de entrega de las categorías más importantes de la noche. En lugar de que la mejor película sea la última, con es tradición, se antepuso a Mejor Actriz y Mejor Actor.