Cristian Guglielmett no recuerda qué pasó ni cómo hace 35 años cuando sufrió un accidente que le cambio la vida para siempre, aquellos que hablan con él, escuchan cómo él relata los hechos como a él se los relataron.
Cristian sabe que cuando tenía 17 años fue a un boliche de Rosario, que en un momento se cayó desde una altura considerable y que cuando despertó estaba hemipléjico (lo que equivale a parálisis total o parcial de un lado del cuerpo) y sin poder ver.
Gracias a un arduo trabajo médico y a su voluntad por vivir, se recuperó del primer diagnóstico, pero desgraciadamente del segundo no. Desde un primer momento, la ceguera fue irreversible y así continuó con su vida durante los siguientes 35 años.
“A Messi le diría ‘gracias’ por tener una Fundación que permite que ocurran historias como la mía, y otras tantas que nadie conoce, pero que ayudan a mucha gente”, dice Cristian Guglielmett, quien a sus 52 podrá decir que “ha vencido” gracias a un dispositivo que le donó la Fundación Messi.
Cristian Guglielmett trabaja a diario como digitalizador de libros en la Biblioteca Estrada de Rosario. Él prepara los libros para que después estos sean impresos con el sistema Braille o para que sean transformados en archivos de audios (audiolibros) y que los no videntes puedan escucharlos.
Según comentó, pudo encontrar su lugar en el mundo laboral recién después del accidente. Pues poco tiempo antes de sufrirlo había empezado la carrera de Medicina. Más allá de ello, con el paso de los años se recibió de de Abogado, una profesión que se atrevió a ejercer hasta que descubrió que transformar los libros de manera que los que, como él, no ven, puedan igualmente leer. Ahora, Guglielmett podrá mejorar su calidad de vida gracias a la Fundación Messi.