De gran trayectoria, Kate Winslet llegó a lo más alto tras su protagónico en Titanic. Referente del mundo hollywoodense, en los últimos días lanzó furiosos comentarios sobre lo que todos llaman la meca del cine. “Muchos actores gays que trabajan en Hollywood ocultan su inclinación sexual ante el temor de que esto pueda arruinar sus carreras”, comentó en The Sunday Times.
Incluso, yendo más allá, sostiene que su frase la dice con conocimiento de causa. Contó que conoce al menos cuatro actores que están dispuestos a revelar su sexualidad, que creen que sería un gran paso como ejemplo para lo que están dispuestos a hablar abiertamente, pero que no lo hacen porque van a perder la posibilidad de ser contratados para personajes heterosexuales.
“Un actor conocido acaba de conseguir un agente estadounidense y el agente le dijo: ‘Tengo entendido que eres bisexual. No lo haría público’. Puedo pensar en al menos cuatro actores que ocultan absolutamente su sexualidad. Es doloroso. Porque temen que los descubran. Y eso es lo que dicen. ‘No quiero que me descubran’”, agregó Winslet con gran preocupación.
Kate fue muy crítica con la industria del cine. Sostiene que es “discriminatorio y homofóbico”. Además, agregó que el colectivo LGBT necesita tener un movimiento similar al MeToo, que años atrás generó una gran revolución en Estados Unidos al revelar acosos sexuales que sufrieron actrices en sus puestos de trabajo.
Lejos de finalizar el tema, fue a fondo, tratando de, por lo que representa ella, buscar que haya cambios. “A pesar de las presiones a favor de más diversidad en los premios cinematográficos, en los que predominan actores y directores blancos, poco se debate sobre la representación de personalidades gays y bisexuales”.
Yendo más allá, sostiene que Hollywood aplica esta discriminación únicamente con los hombres. “Hollywood tiene que dejar de lado esa mierda anticuada de ‘¿puede jugar hacer de heterosexual porque, aparentemente, es gay? No se puede resumir en la pregunta sobre actores gay que interpretan papeles gay. Vivimos en una cultura que señala con el dedo”.
