Después de cumplir el mes pasado su décimo aniversario de casados, Kate Middleton y el príncipe William regresaron al lugar donde se enamoraron. Durante un mini tour por Escocia, los duques de Cambridge pasaron un día en la St. Andrews University, institución educativa en la que ambos estudiaban Historia del Arte.
El miércoles 26, la pareja real participó de una competencia amistosa antes de su inevitable "viaje al pasado". Sin dudas pisar el lugar donde se conocieron como estudiantes de primer año en 2001 les despertó un sin fin de recuerdos. Pero antes de evocarlos comenzaron desafiándose en una carrera en botes terrestres.
Guy McKenzie, encargado de la compañía de los yates terrestres con los que Kate y William compitieron le reveló a la revista People: "Nos sorprendió porque esperábamos que la duquesa ganara, ya que es la regatista con más experiencia. Pero William tuvo más suerte.. ¡hubo una ráfaga de viento!". Pero hacia el final de la travesía, contaron, William quedó atascado en la arena húmeda, momento en el que Kate le gritó, divertida: "¡Vamos, abuelo!".
Pero el desafío "en el que lo pasaron genial" fue simplemente la antesala de la gran promesa que había hecho el Palacio de Kensington: "Será un viaje por el camino de los recuerdos". Es que el hijo de Lady Di y Middleton pasearon por los terrenos de la universidad que los vio enamorarse y se reunieron con los estudiantes para investigar cómo lidiaron con la pandemia.
La universidad que disparó su historia de amor es un lugar muy especial para la pareja. Hace muy poco, Laura Warshauer, una estudiante que residía en el St Salvador's Hall, la casa de St. Andrews, y compartía tiempo con ellos, le reveló a People que "la química entre los futuros duques era palpable desde el principio".
"Cuando estábamos sentados para almorzar en el comedor y los dos hablaban, era asombroso ver lo natural que era, lo mucho que tenían que decirse uno al otro. Mirando hacia atrás, hubo momentos en los que pensé 'wow, esto podría ser algo más'", recordó la estudiante.
Además, la ahora cantante, quien se mantuvo en contacto con la pareja post estudios y les compuso una canción para su boda en 2011, contó una divertida anécdota en la que William ofreció 200 libras por Kate en una subasta solidaria organizada en la residencia. Mientras la futura duquesa fue elegida como "la chica más bonita del pasillo", el príncipe apostó por ella para apoyarla. "Nadie más le podría haber ganado a Kate esa noche. Ellos ya estaban conectados", recordó.
