Tras una niñez y una juventud cargadas de momentos difíciles, Joaquin Phoenix (45) logró reinventarse a fuerza de talento y una insobornable rigurosidad actoral. Vegano y activista a favor del ambiente y por los derechos de los animales, ¿quién es el puertorriqueño-estadounidense que viene conquistando al planeta con su perturbadora recreación del Guasón?
EL AVE FÉNIX? Nació como Joaquin Rafael Bottom el 28 de octubre de 1974 en San Juan de Puerto Rico, porque su familia pertenecía al culto Los Niños de Dios y misionaba en América latina. Adoptó “Phoenix” por idea de sus padres (Arlyn, secretaria, y John, arquitecto paisajista, ambos de tradición judía), quienes tras abandonar la secta y regresar empobrecidos a Norteamérica, recalando en Los Ángeles, decidieron cambiar el apellido original por uno cuya idea planteara resurgir de las cenizas, “como el Ave Fénix”.
Tercero de cinco hermanos (River, Rain, Liberty Butterfly y Summer), hoy lleva 51 títulos en su haber, entre la televisión y el cine. Luego de debutar en la serie Siete novias para siete hermanos (1982: “A River –mencionaría en una nota–, que era un prodigio, le dieron un papel ahí. Sucedió que para cierto episodio necesitaban un chico y una chica, y fuimos mi hermana y yo. Seguramente era la opción más barata”), tras desarrollar su versatilidad en inolvidables cintas como Todo por un sueño (95), Gladiador (2000), Johnny y June, pasión y locura (05), I’m Still Here (2010) y María Magdalena (18), y después de fascinar encarnando al Guasón, Joaquin Phoenix se terminó acostumbrando a su apellido, tanto como a su cicatriz de nacimiento sobre el labio superior.
SANTO SUCESO. Desde que se estrenó el 4 de octubre, este thriller de crímen y drama de 122 minutos llamado Joker (Guasón, en la Argentina) encendió las ganancias hasta un techo aún no definido. Además de haberse convertido en la película para adultos más taquillera de la historia, se acerca –con más de mil millones de dólares de recaudación– al sexto, quinto, cuarto y tercer puestos de Aladdin, Toy Story 4, Capitana Marvel y Spiderman: Lejos de casa, todas de la factoría Disney.
Tal fenómeno va más allá de la ya icónica escena en las escalinatas del 1150 W 167th St de El Bronx neoyorquino, a la fecha tan requeridas por los turistas como las del Museo de Arte de Filadelfia, donde se rodaron varias Rocky, y la esquina de Garden Road y Abbey Road que ilustró el disco homónimo de Los Beatles: el imán de la creación de Joaquin además seduce a celebridades, como aconteció en Halloween, cuando varias de ellas se disfrazaron de Joker. Por citar a tres, Alejandro Sanz y Miley Cyrus y su novio, Cody Simpson. Híper expuesto a partir de su colosal trabajo, Phoenix hasta forma parte de la última campaña –Todos somos animales– de la organización Personas por el Trato Ético de los Animales, a la cual, como vegano, pertenece.
ENTRE LA RISA Y LA LOCURA. Cesar Romero (Nueva York, 1907-94) encarnó al Guasón en la serie Batman (entre 1966-68): hizo figurar en el contrato que bajo ningún concepto se afeitaría su bigote. Jack Nicholson (Nueva Jersey, 1937), que lo representó en Batman (89), en su momento admitió que mientras preparaba el rol debió recurrir a somníferos, “que estuvieron a punto de causarme la muerte”. El australiano Heath Ledger (Perth, 1979-08) brilló en Batman: el caballero de la noche (2008): “Se trata del archirrival del Encapotado, de un psicópata, de un payaso esquizofrénico cuya personificación me ha dejado exhausto. Es inevitable que un papel así produzca secuelas en tu carácter”, admitió quien antes del preestreno apareció muerto en su departamento, por una sobredosis de somníferos.
El turno anterior a Phoenix (el mismo que declaró: “No imaginé que componer al Joker sería algo tranquilo...”) lo tomó Jared Leto (Luisana, 1971), en Escuadrón suicida (16). Afirman que al enterarse del proyecto de Joaquin se quejó amargamente con sus agentes y hasta trató de impedir la realización, temiendo lo que ocurriría: que opacase para siempre su performance.
Fotos: Warner Bros. Pictures Argentina, Archivo Editorial Atlántida y redes sociales.
Agradecemos a Mariana Mutri.