Eros Ramazzotti recibe a GENTE en su casa de Franciacorta a orillas del Lago d'Iseo, a 40 minutos de la ciudad de Milán, Italia. Al llegar, uno descubre que Ramazzotti vive sobre una calle sin vereda, y sin muchas señalizaciones para el tránsito. Sí, uno gira sobre su eje en 360° todo lo que se ve son montañas y viñedos.
Eros Ramazzotti, descalzo, cuenta que elige las afueras de la ciudad como estilo de vida, que allí se siente en paz, sentado con bermudas y una remera sin mangas, look hogareño para no sufrir el calor europeo. La temperatura marca 30 grados. Y, por supuesto, su casa habla mucho de él.
La estructura: piedras, maderas y una vista impresionante
La casa de Eros Ramazzotti posee los techos muy altos lo que le da un espacio y oxígeno que coincide con el contexto campestre. Todo está ordenado, cada rincón de los ambientes tienen su funcionalidad y su sentido específico, por ejemplo algunos rincones para el arte, donde exhibe cuadros que compró y otros que le regalaron. Son ambientes muy vivibles, con materiales nobles: hay mucha estructura de madera, y las piedras en los muros que contrastan con la belleza de los verdes del exterior.
Desde el balcón del living se ve el lago en el horizonte, y con el foco más cerca de la casa se divisa una cancha de fútbol y una piscina.
Antes de la entrevista, el cantante nos invita a una caminata: fuimos hasta el gallinero para conocer sus gallinas, y pasamos por la cancha. Siempre descalzos. El césped es finito y suave, parecía que teníamos una alfombra debajo de los pies, en ese pedacito de tierra italiana que es un lugar soñado.
La casa tiene mucha vida. El propio Eros caminó hasta su huerta donde entre tantas verduras produce una para su ensalada preferida, la de hinojo. Mientras tomamos mates en uno de los jardines sentados en dos reposeras, pasaba algún perro, nos hacía mimos uno de sus gatos y vino un pajarito a picotearle el mate a Eros Ramazzotti.
Arte, fútbol y música
Dentro de su casa, hay mucho arte y demás está decir, mucha música, algunas canciones sobre las que Eros está trabajando, se escuchan con reverberancia desde el sonido de la casa que eriza la piel. Es increíble, pero la música se siente en cada espacio de la casa de Ramazzotti.
La propiedad tiene una piscina hecha en piedra y un gimnasio donde hay una bolsa de boxeo aunque el intérprete dice que no la usa y que tampoco salta la soga. Eros es muy fanático del deporte y uno de sus rincones preferidos es una sala con un sillón de cuatro cuerpos y un televisor de última generación de 70 pulgadas donde mira casi todos los partidos de fútbol que pueda de su equipo, la Juventus, o de la selección de Italia.
A pesar de haber nacido en Roma, Ramazzotti elige vivir en Franciacorta por su cercanía a Milán, la ciudad donde viven sus tres hijos y una ciudad muy importante para trabajar en la industria de la música donde tiene su estudio de grabación.
Al compartir un rato con él, uno entiende el por qué de su fuente inagotable de canciones que llegan al corazón, contagia paz y amor por su modo de hablar y de actuar, que hace que te sientas una mejor persona. Y la casa fue y es testigo y también inspiración de las canciones que Eros Ramazzotti lanzará en 2022.
Producción Periodística y co redactora: Milca Gili, desde Milán, Italia