Guillermo Pérez Roldán fue uno de los grandes tenistas argentinos de la década del 80. El jugador ganó 9 títulos y alcanzó el puesto 13 en el ranking mundial. Hace unos meses, el deportista confesó por primera vez en un documental el maltrato físico y psicológico que vivió cuando tenía 5 años en manos de su padre.
En las últimas horas un video que muestra la brutal agresión de un padre a su hija tenista de 14 años durante un entrenamiento en Serbia volvió a encender la historia de Guillermo.
Pérez Roldán denunció que su padre lo sometió a todo tipo de agresiones físicas y psicológicas desde su infancia. Y a la vez, lo acusó de haberlo estafado, y haberle sacado los ingresos que él generó durante su carrera profesional.
"Yo lo vi una vez al video y lo poco que puede hacer la gente en ese momento. Los que hemos vivido este tipo de maltrato, no actuás en defensa propia y eso se ve en la chica. Ella no levanta las manos, se sienta y espera la otra piña", analizó sin filtro Pérez Roldán.
Y concluyó: "Ella no tiene defensa alguna porque eso viene de tiempo atrás. Yo después del documental, me junté con mi hermana a hablar un montón de cosas porque también fue víctima".
La historia de violencia de Guillermo Pérez Roldán
En una entrevista con Andy Kusnetzoff, durante su programa Perros de la calle, Rocky (como se le solía decir) afirmó que se encontraba totalmente sorprendido por la repercusión de su documental y admitió que se mantuvo en silencio durante mucho tiempo porque tenía miedo de hablar. "Para mí el documental es bastante light con respecto a lo que pasó en mi vida", comenzó diciendo.
"La violencia empezó desde muy chico...Cuando tenía cinco años, me costaba retener información. Por lo tanto, para este señor era poco más que tarado. Como no aprendía, me tapó la cara con un pullover y me dio 20 cintazos", relató, recordando uno de los episodios que más le quedaron grabados de su infancia.
Cuando le preguntaron qué hacía su madre cuando veía estos momentos de violencia, el ex tenista confesó: "Mi mamá miraba y cuando le parecía suficiente le decía: 'Pará, Cacho'". Por otro lado, explicó que él nunca tendría que haber jugado al tenis ya que era epiléptico compulsivo pero eso no pareció importarle a su familia.
"El segundo Roland Garros yo lo jugué esguinzado porque mi papá me dijo: 'Jugás igual y más vale que ganes'", expresó Guillermo y aclaró que a pesar que la violencia física fue decreciendo siempre se mantuvo la violencia psicológica. Por otro lado, admitió que su familia le robó todo el dinero que había ganado en su carrera: "Fui a buscar plata al banco y no había más, y aparecieron varias cuentas en Suiza. Para sacarme la plata tenían que firmar los dos. mi papá y mi mamá".