Andy Kusnetzof tuvo una nueva edición de su programa PH, Podemos Hablar, que se emite por Telefe. Allí estuvieron como invitados Laurita Fernández, Donato De Santis, Raúl Lavié, la ex Gran Hermano Romina Uhrig y el rapero G-Sony.
Una de las preguntas de la sección “avancen al punto de encuentro” se centró en quienes habían trabajado a corta edad. Entre los que pasaron al frente para contar su historia estuvo el rapero G-Sony, quien contó todos los trabajos que tuvo que hacer y cómo llego a la música.
“Me agarró el bicho de la música, me atrae el beatbox, conocí todo el ambiente del hip hop. En ese tiempo también estaba trabajando de chapista, me estaban explotando muchísimo porque trabajaba de 9 a 11 horas por día y me pagaban $100 por semana”.
“Después me proponen ir a hacer música al subte. Mi vieja no sabía nada y no le dije que iba a dejar ese trabajo para ir a hacer música al subte. A todo esto tenía 14 años cuando llego al subte. Me acuerdo que fui con un compañero de la cultura del hip hop, yo hacía beatbox y él rapeaba una letra”, continuó contando el rapero.
A lo que agregó: “Cuando él pasaba la gorra yo me quedaba cantando una canción en inglés y la gente aplaudía y se llenaba la gorra. Me acuerdo que pasé de ganar $100 por semana a ir un día al subte por dos horas y volver con $900”.
“Cuando volví con $900 a mi casa mi mamá me dijo: 'qué hiciste, adónde fuiste, vos estuviste robando'. Costó que me crea y me dolió, pero gracias a Dios nunca tuve que llegar al punto de agarrar un arma y salir a robar. Me enseñaron a crecer en la honra, por eso hasta hoy en día si tengo que dejar la música en algún momento no tengo problema en arremangarme y volver a trabajar”, concluyó el artista que fue parte de la Session Freestyle Session #2 con Bizarrap.
G Sony sufrió bullying y denunció a las obras sociales por rechazarlo: "Te ven como un número, como un gasto"
En agosto del año pasado, G Sony estuvo en boca de todos al compartir un descargo contra las obras sociales. González Rodríguez (ese su nombre real) denunció en sus redes sociales: "A los gordos nos envían a un zoológico".
Por entonces, el músico que pesaba 170 kilos aseguraba que quería cambiar su estilo de vida pero que era muy difícil lidiar con las empresas de salud, que no lo admitían. "Me siento desamparado", dijo al alzar su voz.
“Hace bastante tiempo estoy teniendo problemas de salud y estoy sintiéndome muy mal con esto. Estoy queriendo a mejorar, pero una persona de mi peso no puede empezar una dieta sin saber el estado de mi cuerpo. Los dolores de mi cuerpo no los puedo mejorar porque ninguna obra social me está admitiendo”, relató en la primera parte de su catarsis escrita.
Y continuó compartiendo su desesperación ante el rechazo de las obras sociales: “Estoy ofreciendo pagar el doble para hacerme un chequeo. Es angustiante porque a esta gente no le importa la salud de la gente. No me admiten en ningún lado. Voy a un hospital público y no tienen las maquinarias para hacerme un chequeo completo. Es muy desesperante”.
Su descargo continuó con estas palabras: “Sepan disculparme, pero no saben lo mal que me siento que no exista quien ampare a una persona por ser obesa. Es increíble el abandono que se siente y la discriminación que se siente. Si uno está queriendo conseguir una obra social para mejorar su estilo de vida y todas te rechazan, ¿qué significa eso? ¿Que me tengo que morir o que tengo que sí o sí pesar 80 kilos para que me atiendan?".
En relación a los motivos de las respuestas negativas de las prepagas, explicó: “No te especifican el por qué, pero se sabe que es por ser gordo y podés ser diabético, hipertenso y te ven como un número, como un gasto. Mi mamá falleció por un ACV por ser hipertensa y no quiero vivir el mismo destino”
