Después de haber estado alejado de los medios por una dolencia que lo hizo abandonar la temporada 2020 de Mar del Plata, Antonio Gasalla volvió a ser noticia a rañiz de la información que dio a conocer Miguel Ángel Pierri sobre su presente. De acuerdo a lo que contó el abogado a mediados de abril, el artista no se encontraba en buen estado de salud.
En un informe que salió al aire en “LAM”, apuntaron que estaba investigando si alguien se aprovechó de su situación de vulnerabilidad para apoderarse de documentos y objetos de alto valor que estaban en el edificio en el que reside el humorista de 81 años.
“Descubrimos en la planta baja que faltan dos escrituras y no las podemos encontrar por ningún lado”, advirtió el letrado y destacó: “El placard en el que se encontraban estaba abierto”. Todo fue documentado a través de la convocatoria a un escribano.
En cuanto a los objetos, en el programa de Ángel de Brito dijeron que “hay cuadros muy importantes, hay orfebrería. Pareciera que, a través de algún artilugio, alguien retiró una cantidad importante de esos muebles y que por todos esos muebles le pagaron a Antonio 120.000 pesos”.
La reacción de Antonio Gasalla: insultos y bronca en una entrevista
En base a esta información, el cronista de “A la tarde” se acercó este viernes al barrio porteño de Recoleta para tener de primera mano el testimonio de Gasalla con el objetivo de conocer su opinión al respecto.
“Queremos saber cómo te sentis”, indagó el reportero después de saludarlo. “Estoy bárbaro”, respondió el entrevistado mientras salía de hacer una compra en una farmacia que está justo al frente de su casa. “Mira para atrás”, le advierte el artista al camarógrafo cuando estaban or cruzar la calle y se acercaba un auto.
Hasta ahí estaba todo bien y mientras se acercaba a la puerta del domicilio, Gasalla trató de evadir las preguntas. “Miguel Ángel Pierri encontró las escrituras que estaban perdidas…”, introduce el periodista. “Mirá los nenitos que salieron hoy”, le dijo el artista señalando a unos menores que habían dejado la escuela.
Pero todo se complicó cuando Tucho quiso saber si vendió la casa y por qué sacó el cartel de venta. “Vayanse a la concha de tu madre… vayanse a la concha de tu madre, pelotudo”, remató sacado quien se supo poner en la piel de Mamá Cora. A 37 años del estreno de “Esperando la carroza”, parecía un paso de comedia en el que seguía insultando desde la puerta del edificio mientras el cronista se alejaba.
