Este fin de semana vuelven "las mesazas" de Mirtha Legrand, pero será Juana Viale quien continúe en la conducción de la mismas, tal como ocurrió durante toda la pandemia. Su abuela ya había anunciado que si no estaba vacunada no retornaría a la televisión.
“El sábado seguro estaré nerviosa e insegura, pero hoy no pienso, no estoy con la cabeza ahí”, expresó Juana sobre su regreso a la televisión y contó sobre su experiencia reemplazando a Mirtha Legrand en una charla con Diego Leuco.
“Me tocó hacer una suplencia en una pandemia, con políticos, médicos, periodistas, infectólogos y al principio tenía muchos nervios. Fueron nueve meses de mucho aprendizaje y parí una conductora”, aseguró.
Volver a apostar al amor
Sobre el final de la charla, Juana Viale reveló que conoció a su novio en una cita a ciegas organizada por un amigo suyo. “Con Agustín estamos bien. Es una persona muy buena”, expresó, y advirtió: “Soy mucho más normal de lo que mi nombre dice ser”.
Al hablar de la primera cita, Juana recordó también cómo es que llegaron a ese momento. “Yo volvía de Córdoba, de un evento de la marca de mi camioneta, y mi vieja estaba comiendo con unos amigos en un restaurante, cerca de Aeroparque. Me dice: ‘Si estás cerca, pasate’. Yo, ofuscadísima con la vida, media gruñona, les digo: ‘Bueno, si alguien tiene a alguien para presentarme, bien, pero que dure más de tres meses’".
Y continuó: "Un amigo dice: 'Yo tengo alguien para presentarte'. Me muestra la foto y le digo ‘No, no es mi perfil’. Y otro me dice: ‘Yo también tengo a alguien, pero no te voy a mostrar la foto’. Mi foto de WhatsApp era un elefante, no estaba yo. Dos semanas después me llega un mensaje: ‘Hola, mi nombre es Agustín y me llama ‘Agente X’. Él no sabía que me estaba escribiendo a mí. Nuestro amigo no le dijo a ninguno de los dos quién era el otro", agregó.
La revelación llegó en el momento en que Agustín la pasó a buscar a Juana por su casa: “Él me pasa a buscar, vive cerca de donde yo vivo. Yo planté unos pomelos en la puerta de mi casa, estaba toda tupida la entrada y cuando salgo me mira y me dice: ‘Sos vos’. Le contesté: ‘Y sí, hace 37 años que soy yo’. Me mató, estaba re canchero. Fuimos a comer. Era un domingo y yo estaba sola con mis hijos. Ámbar estaba estudiando con una amiga. Le dije: ‘Salgo dos minutos, me voy a tomar un vino con una amiga’. Una mentirita piadosa...".
Todo continuó en un bar y el tiempo fue transcurriendo, por lo que la relación perdura más de tres meses, algo que quería Juana en su corazón.