Durante esta mañana y bajo una persistente lluvia, el rey Carlos III (74) y Camilla Parker Bowles (75) protagonizaron un hecho histórico al ser coronados en la Abadía de Westminster, en Londres, en una ceremonia que no tenía lugar en el Reino Unido desde hace 70 años.
Pero no todo fue ovación: la coronación, a la que asistieron 2300 invitados, disparó manifestaciones antimonárquicas en las calles (algunos activistas resultaron detenidos) y algunos señalamientos de rechazo hacia la nueva reina en las publicaciones de la Casa Real en Instagram (tras lo que decidieron limitar los comentarios).
Además de la presencia de los representantes más importantes de la monarquía (Máxima Zorreguieta y Guillermo Alejandro, de los Países Bajos, y los reyes españoles Letizia Ortiz y Felipe IV), también participaron del evento la primera dama estadounidese Jill Biden, el presidente de Brasil, Lula da Silva, y el embajador argentino Javier Figueroa.
La entrada de Carlos III y Camilla Parker Bowles a la Abadía de Westminster
Ante los ojos los millones de espectadores que siguieron el evento y la especial presencia de Kate Middleton y el príncipe William (dos otros dos grandes protagonistas), Carlos III y Camila, ataviados por capas ceremoniales, ingresaron con solemnidad a la Abadía de Westminster para ser consagrados reyes.
El histórico momento de la coronación
Ocho meses después de ascender al trono tras la muerte de su madre, la reina Isabell II, quien reinó durante siete décadas, Carlos III fue proclamado rey de Inglaterra. A pesar de que el padre de William y Harry quería una ceremonia más moderna y sencilla que la de su madre, el ritual se desarrolló bajo la pompa característica de las monarquías.
El príncipe William le prometió lealtad a su padre, el rey Carlos III
El príncipe William le rindió honores a su padre, el rey Carlos III. Y expresó estas palabras: “Yo, William, príncipe de Gales, te prometo mi lealtad, y te daré fe y verdad, como tu señor de la vida y de los miembros. Así que ayúdame Dios”.
"Gracias, William": el rey Carlos, ovacionado
Pese a la crisis, los monarcas utilizaron coronas engarzadas en diamantes y piedras preciosas y estuvieron ataviados en ropajes antiguos, bordados en oro.
Tras escuchar la jura de lealtad de su hijo William, el ungido rey de Inglaterra, le replicó: "Gracias, William".
La reverencia de Kate Middleton, la otra "reina" de la ceremonia
Kate Middleton, que dio una verdadera cátedra de estilo y se robó los flashes enfundada por un manto de la orden victoriana fue la gran protagonista del histórico evento. Uno de los momentos más icónicos quedó registrado en este video, cuando, tras el ingreso de su suegro a la Abadía de Westminster, se puso de pie para hacer la protocolar reverencia.
La complicidad entre Kate Middleton y su hija, la princesa Charlotte
Middleton y la princesa Charlotte protagonizaron este encantador momento en el que sólo bastó cruzar miradas. Ambas con looks firmados por Alexander McQueen y con el mismo "tocado joya" coronando sus cabezas, madre e hija se sintieron como en casa pero ante la mirada de los más de 2300 invitados.
El saludo de la familia real en el balcón del Palaio de Buckingham
La familia real salió al encuentro de su pueblo, como la tradición lo indica, y saludó en el tradicional balcón del Palacio de Buckingham. Pero la ausencia del príncipe Harry, el hijo menor del monarca, no pasó desapercibida.
Carlos III y Camilla Parker Bowles fueron secundados por el príncipe William, Kate Middleton, y los mini royals Charlotte, Louis y George. Durante la ceremonia, los más pequeños de los Windsor ya habían sido captados por las cámaras bostezando y hasta hurgándose la nariz.