A sus 99 años, Felipe de Edimburgo fue dado de alta tras estar 28 días hospitalizado en dos clínicas distintas de Londres. Todo comenzó el 16 de febrero, cuando acudió al hospital King Edward VII tras sentirse “indispuesto”.
El esposo de la reina Isabel II permaneció en esa institución hasta el 3 de marzo, cuando fue trasladado al St Bartholomew, para someterse a una intervención cardiovascular. Días después, el duque regresó al King Edward VII para transitar el postoperatorio.
A través de un vocero del Palacio de Buckingham, el duque quiso agradecer a todo el personal médico que lo atendió en ambos hospitales. Y les envió un mensaje “a todas las personas que le han deseado una pronta recuperación".
Durante el tiempo que permaneció convalesciente, el royal recibió la visita de su hijo, el príncipe Carlos. Ahora, tras abandonar el hospital en silla de ruedas, regresó al castillo de Windsor, donde fue recibido por la reina Isabel II.
Felipe de Edimburgo deberá enfrentarse a la dura realidad que desestabilizó a la corona tras la polémica entrevista en la que Meghan Markle y el príncipe Harry denunciaron episodios racistas durante su vida como royals.
En su salida del hospital, el duque, que está retirado de la vida pública desde 2017, saludó a la prensa desde el asiento trasero del vehículo que lo trasladó a su hogar.