En el Día de la Madre, Débora D'Amato cuenta su historia de mamá soltera de dos: "Tuve miedo, pero ambas fueron las mejores decisiones de mi vida" – GENTE Online
 

En el Día de la Madre, Débora D'Amato cuenta su historia de mamá soltera de dos: "Tuve miedo, pero Lola y Charo fueron las mejores decisiones de mi vida"

Revista Gente Debora Damato Portada
La periodista desafió las convenciones sociales al convertirse en madre soltera por elección a los 45 y 50 años a través de un método de transferencia embrionaria. "Como familia monoparental nos complementamos mucho", dice a Revista GENTE al tiempo que posa con Lola (6) y Charo (2).
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“El día que me dijeron que estaba embarazada, en ambas oportunidades, me sentí una chica superpoderosa que tomó la mejor decisión de su vida. Lo elijo y si tuviera la oportunidad lo volvería a elegir”. Con esa frase, Débora D'Amato (51) hace una pincelada de lo que fue dar a luz a dos hijas a los 45 y 50 años por medio de un método de transferencia embrionaria (que consiste en la fecundación de sus óvulos con un donante anónimo de esperma). “No soy una mamá que está sola, simplemente elegí tener mis hijos soltera”.

“Soy una persona pragmática que tomó una decisión que hizo que me replantee muchas cosas. Dude por la edad. En primera instancia no me daba miedo encarar la maternidad, pero si quedarme sin laburo”, afirma Revista GENTE en una producción especial junto a Lola (5) y Charo (2) en el marco del Día de la Madre. Con una historia de resiliencia, hoy combina la vida familiar con sus tres trabajos en C5N, Net TV y en el Canal de la Ciudad.

"Hay una rutina cotidiana de ambas partes: en la semana ellas estudian y yo trabajo".
"Hay una rutina cotidiana de ambas partes: en la semana ellas estudian y yo trabajo".

“Uno de mis temores era cómo trabajar y compartir tiempos con mis hijas. Cuando empezaron a complicarse las cosas en materia económica, lejos de quejarme, tuve la suerte de que los laburos se dieron de una forma en la que puedo dejar a las nenas en el colegio, cumplir con mis tres trabajos y pasarlas a buscar después de las 17. No nos vemos tanto porque están en pleno proceso de colegio, disfrutando y haciendo amigos. Distinto sería tener que dejarlas en casa”, cuenta al respecto sobre el día a día.

“Por supuesto tengo el acompañamiento de mi mamá, mi hermana, amigas y la niñera. Hoy estoy organizada. Obvio que, si se enferma alguien, se desarma todo el ‘tetris’. Pero puedo resolver por ese grupo de contención que tengo. Hoy mi vida se cierra a mis hijas, mis mascotas, mi mamá y mi familia. Nada de lo que hago me genera un esfuerzo”, reconoce.

"Lola y Charo representan las mejores dos decisiones que tomé en mi vida".
Lola y Charo: el sueño de Débora convertido en realidad.

Y agrega: “Siento que, como familia monoparental, nos complementamos mucho a pesar de que las nenas son muy chiquitas. Lola es una pieza fundamental porque me ayuda un montón: es muy compañera de su hermana y colabora para que todo fluya. Cuando llego un poco mas tarde le explica a Charo que mama tiene que trabajar”.

-Me sorprende ese grado de madurez, ¿A qué creés que se debe?

-Más allá de lo que tiene que ver con ella en si, su vida de familia monoparental la paró desde otro lugar. Ella ve que a su alrededor hay familias que son distintas. Lola no vive ausencias, no la abandonó nadie y no tuvo una muerte. Tiene una mamá que hizo todo por tenerla. Ella entiende que la familia es así, y va a un colegio super inclusivo con nuevas familias de todo tipo en donde hay dos papás, dos mamás y otra mamá soltera por elección. Por eso ve que su situación es natural, y colabora desde su pequeño espacio para que todo fluya. Habla con su hermanita y le dice ‘mamá llega más tarde porque está trabajando’ o le hace compañía.  

“Mi límite es no trabajar los fines de semana porque es el momento que tenemos para estar disfrutando. La profesión me lo permite. ¿Sabes la cantidad de minas que son madres solteras y no por elección y tienen que tener más de un laburo?”, reflexiona.
“Mi límite es no trabajar los fines de semana porque es el momento que tenemos para estar disfrutando. La profesión me lo permite. ¿Sabes la cantidad de minas que son madres solteras y no por elección y tienen que tener más de un laburo?”, reflexiona.

-¿Cómo fue la primera charla con Lola en la que conversaron sobre su llegada al mundo?

-De forma natural le conté cómo se dio su búsqueda y gestación. Lo que más me ayudó fue el embarazo de Charo. Le pregunté si quería tener una hermana y me dijo que sí, que quería una hermanita. Obvio que le contesté que no se podía elegir el sexo. Pero fue parte de la decisión desde un inicio. Siempre le conté lo que iba a pasar. Estaba enloquecida, me acompañó en el tratamiento y vio como eran las cosas. Eso la ayudó de terminar de cerrar algo que ya tenía entendido. Venía a las ecografías conmigo, todo.

-¿En qué momento se produjo el quiebre para tomar la decisión de ser madre soltera?

-Con mi última pareja no nos cuidábamos y no quedábamos embarazados. Una amiga, Fanny, vivió un proceso muy álgido de fertilidad en donde las amigas la acompañamos. Empecé a empaparme en esos tratamientos, sin saber que iba a ser el camino que me iba a terminar llevando a mis hijas. Ahí conocí a Fernando Neuspiller , que indagó en mi caso y me hizo una ecografía en donde encontró tres miomas muy grandes que tapaban el útero y el ovario. Potencialmente esa podría haber sido una de las causas por las que no quedaba embarazada. Me tuve que operar porque se puso en riesgo el útero. En el medio me separé, seguí con los estudios y fueron descubriendo otros temas que me impedían ser mamá. Entonces, una ves superado todo, nos pusimos cero kilómetro para ser madre y a los 39 años ya estaba lista.

La periodista y sus dos hijas posan para Revista GENTE en una producción canchera por el día de la madre.
La periodista y sus dos hijas posan para Revista GENTE en una producción canchera por el día de la madre.

-Y ahí diste el gran paso, aunque cinco años después.

-Ya para ese entonces tenía muy en claro cuándo y cómo lo quería. No tenía novio, no tenía ganas de “pedirle ayuda a un amigo” y lo más honesto era encarar un tratamiento recurriendo a un donante. Las opciones eran con mis óvulos, la ovodonación, donación de embrión o adopción. Lo único que le dije al médico era que no quería perder tiempo, así que iba a avanzar en ese orden. Quería ser madre de la forma que sea. Finalmente se dio con mis propios óvulos.

-¿Cómo reaccionaron tus seres queridos?

-Fue loco. Yo no le avisé a nadie de mi tratamiento, solo a Fanny porque era la que podía contenerme ya que había hecho el mismo tratamiento. En la recta final se lo conté a Sofía, mi sobrina. Recién cuando estaba todo listo, se lo dije a mamá: cuando le conté que iba a ser abuela se emocionó. Lo tengo grabado porque quería conservar ese momento. ‘Por si me preguntan mis amigas… No hay papá, ¿no?’, fue la pregunta que me hizo. Re tierna. Le expliqué cómo eran las cosas y me dijo ‘no me importa. Yo quiero que vos seas feliz. La vamos a amar locamente’. Todas en la familia estaban enloquecidas.

-¿Con el embarazo de Charo?

-Adopté la misma metodología, contándole paulatinamente en ese mismo orden a las mismas personas.

"La maternidad esta romantizada, cuando veo un embarazo múltiple me sale darle un abrazo a esos padres".
"La maternidad esta romantizada, cuando veo un embarazo múltiple me sale darle un abrazo a esos padres".

-¿Por qué una segunda hija?

-Me pasaba que la veía a Lola jugar sola en el cuarto y pensaba que era un embole. La vida es más linda con un hermano. Me preguntaban siempre si no quería tener otro bebé, porque aún siguen haciendo esa pregunta sin saber qué te pasa física y emocionalmente… Eso no me condicionó, pero yo sentí que le iba a dar algo hermoso a Lola con un hermano.

-¿Cómo transitaste las dos gestaciones?

-Desde el lado emocional, impecablemente bien.

-¿Y desde la salud? ¿Tuviste miedo por la edad en la que encaraste estos embarazos?

-Tuve mucho miedo. Yo tuve que romper prejuicios, miedos por la edad, un montón de cosas. Después miré a mi costado y me di cuenta de que mi mamá me tuvo a los 40 y no era tan grave. Me ayudó bastante ver su fortaleza, en un mundo en donde ni había ecografías. La gente que me cuestiona diciendo que soy una mala madre que no piensa en la edad, pienso en ella que me tuvo a los 40. Si vuelvo a nacer elegiría a esa mamá. Al fin y al cabo, te das cuenta de que tiene que ver con prejuicios y una cuestión cultural. Creo que tome las dos mejores decisiones de mi vida siendo mamá. No las cambio por nada en el mundo.

Charo, que nació cuando la periodista tenía 50 años y 5 de experiencia con Lola.
Charo, que nació cuando la periodista tenía 50 años y cinco de experiencia con Lola.
Lola, la mayor y la que guía los pasos de Charo.
Lola, la mayor y la que guía los pasos de Charo.

-¿Qué inquietudes se te plantean en base a la inestabilidad de la profesión y la posibilidad de quedarte sin trabajo?

-Con Lola me pasó de quedarme sin trabajo en plena pandemia. Y desde ese momento se me fueron todos los miedos. Fue un shock de realismo. Tengo dos manos, pies, cerebro y fortaleza para salir adelante. claro que tengo temores y pie de plomo en algunas cuestiones porque no vivo en una realidad paralela y esta es una familia que solo depende de mi. El único miedo que tenía era perder el trabajo, y lo perdí. Pero salí adelante como tantas minas que lo hacen sin haber querido una familia monoparental.

-Desde tu experiencia, ¿cuál es el mensaje que le darías a otras mujeres que están evaluando esta forma de maternar?

-Que no romanticen la maternidad. El grado de colores en el abanico es del blanco al negro, pasando por todos los existentes. Que piensen en que se van a meter en un mundo en donde van a ser cuestionadas, pero la decisión es suya. La única forma de encarar una maternidad monoparental es con la decisión absoluta de hacerlo. Si hay dudas, mejor no dar el paso. Está bárbaro tener miedo porque te da prudencia, pero ese miedo no se tiene que transformar en pánico. El nacimiento y la crianza de mis hijas no las puedo comparar con nada. Hay que animarse.

La familia monoparental de Débora D'Amato.
La familia monoparental de Débora D'Amato.

Fotos: Alejandro Carra
Producción: Jazmín Ochoa
Makeup: Luana Clemente (@luani.makeup), del equipo de Sebastián Correa (@sebastiancorreaestudio)
Agradecemos a Kill Indumentaria (@kill.indumentaria) y Pitti Bimbo (@Pittibimbo)

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