Después de que Angelina Jolie (46) visitara en su departamento de New York a su ex marido, Jonny Lee Miller, con quien co protagonizó el film Hackers (1995), no solo se habló de un nuevo amor, al mejor estilo "Bennifer". Las miradas quedaron puestas en su nuevo tatuaje.
A poco de que perdiera la custodia total de sus hijos –que según resolvió la justicia deberá ser compartida con Brad Pitt–, la actriz fue fotografiada en varias oportunidades en su visita a la Gran Manzana. En una de esas apariciones, a comienzos de semana, estrenó su tattoo número 17.
En esta oportunidad, Angie eligió imprimirse en tinta una frase del astrónomo Galileo Galilei. El detalle surgió haciéndole zoom al nuevo y vistoso tatuaje que se pudo ver en su antebrazo derecho. La leyenda reza en italiano "Eppur si muove", que significa "Y sin embargo se mueve".
Se trata de la hipotética frase que, según la tradición, Galilei habría pronunciado en 1633 por sospecha de herejía. En esa oportunidad, se había visto obligado a retractarse de que la Tierra se mueve alrededor del sol. Y simboliza que al final, la verdad prevalecerá.
No faltaron quienes relacionaran esa simbología con un mensaje dirigido a su ex y padre de sus hijos. Recordemos que el juez John Ouderkirk respaldó en un principio la custodia equitativa para cada uno de los progenitores en detrimento de la guarda exclusiva que pedía la actriz y filántropa. Esa decisión atañe a la custodia de cinco de sus seis hijos, Pax (17), Zahara (16), Shiloh (15) y los gemelos Vivienne y Knox (13), ya que Maddox es mayor.
Según contó su abogada, Jolie hubiera querido que sus hijos pudieran declarar ante la justicia, detalle que podría haber inclinado la balanza a su favor. Claramente, sus testimonios sobre la violencia doméstica que ejerció Pitt en el pasado –y que él admitió haber sido consecuencia de sus excesos con las drogas y el alcohol– podrían haber pesado en una resolución que hoy la actriz deberá acatar.
Jolie, quien cree que la justicia no está capacitada para lidiar con situaciones de abuso, el año pasado inició acciones legales para conseguir la destitución del juez que atiende el caso.
Esa demanda aún sigue en curso y podría significar un nuevo comienzo en su larga batalla. Además, tal como explicó la defensa de Angelina, el enojo de la actriz se fundamenta en que el juez habría ignorado deliberadamente un código legal del estado de California que "permite a los menores de entre 14 y 17 años testificar".
Si bien por el momento deberá acatar la decisión de la justicia, según allegados suyos, "siempre está trabajando por la salud de la familia".