Hace unos días, Justin Bieber revolucionó las redes con su nuevo look con el que volvió a imponer las rastas y abrió un debate sobre si lo suyo era "apropiación cultural". Siempre versátil y trasgresor, el cantante canadiense generó una gran polémica.
Mientras algunos lo acusaron duramente de apropiarse de la cultura afroamericana al mostrar su nuevo peinado con dreadlocks, parte de su fandom –los "beliebers"– no dudaron en defender el regreso de un look que ya había usado en 2016.
Por aquel entonces ya había recibido miles de críticas por la usurpación de elementos étnicos ajenos, práctica que muchos señalan por banalizar los valores de la cultura original que defiende como estilo de vida.
Así como tiempo atrás a Nathy Peluso se la señaló por recurrir en el video Colors al "blackfish", término que se emplea para describir a alguien que finge ser negro o mestizo en las redes sociales, lo de Bieber generó un nuevo debate sobre cómo personajes hegemónicos apelan a "robar" culturalmente a etnias y folklore que no son propios.
Ahora, Biebs, que continúa luciendo rastas, mostró un nuevo peinado que intensifica aquellos señalamientos y que, por otra parte, copia un hairstyling impuesto por su esposa, la top model Hailey Baldwin. Se trata de un recogido con dos rodetes con los que la sobrina de Alec Baldwin suele mostrarse en las redes.
En un juego simbiótico con su pareja, Justin apeló al estilo descontracté con el que varían su imagen personalidades como su ex Selena Gómez, Ariana Grande o Adele, quien también fuera señalada en su momento por el uso de los rodetes Bantu, tradicionales de África.
Otro personaje público como Kim Kardashian, por caso, también quedó hace tiempo en medio de la polémica por apropiación cultural al referirse a las trenzas afro como "trenzas Bo Derek", nombradas así por la actriz de cine y exmodelo estadounidense blanca.