Antonella Belén Delmonte es una joven de 24 años que el pasado 9 de abril recibió la primera dosis de la vacuna Sputnik V y estalló el escándalo ya que la acusaron de haber fraguado sus datos personales para acceder a la dosis como personal de salud.
Lo cierto es que tras la polémica por su vacunación en Merlo, Antonella realizó un descargo en su cuenta de Instagram para intentar aclara qué es lo que pasó.
“En los últimos días he sido víctima de una persecución en la que lo menos grave que se me dijo fue que había cometido un ilícito. Fueron muchas personas que, por imprudencia, utilizaron fotos mías para dañar mi imagen e inventar una historia que no es cierta”, comenzó diciendo en su posteo.
Luego, agregó: "Se me acusa de haber saltado la fila para tener una vacuna contra el covid, con todo tipo de comentarios misóginos que lo único que a lo que tendieron fue dañarme por mi condición de mujer".
"Trabajo en un consultorio médico para una profesional de la salud, recepcionando al público", señaló para tratar de justificar su acceso a la vacuna. Y aseguró que para "conservar" el trabajo su jefa la indicó que tenía que vacunarse contra el coronavirus.
"Me anoté en la APP oficial, fui convocada, y al concurrir presenté la documentación, un certificado firmado por la profesional para la que trabajo y el contrato de trabajo", explicó.
"No engañé al sistema, no tengo una pareja que trabaje en la política, no le saqué la vacuna a nadie, no cometí ningún delito", insistió luego.
Además, señaló que está "a disposición de la Justicia" y que presentará las pruebas correspondientes cuando sea convocada.
Al final, agradeció a algunos periodistas y acusó a otros -aunque no los nombró- a los que amenazó con llevarlos a la justicia, allí donde también "presentaré todas las pruebas para aclarar mi situación".
