El 11 de marzo el mundo del espectáculo y el periodismo fue sacudido con la noticia del fallecimiento de Gerardo Rozín. El querido conductor de Telefe sufría de un tumor cerebral diagnosticado el pasado 2021, que le generó problemas de salud que no pudo superar. A pesar de mantener oculta la información al público, Rozín aprovechó uno de sus últimos programas para cantarle a sus fieles televidentes y despedirse de ellos.
Esta noticia fue compartida por el periodista Ernesto Tenembaum, quien aprovecho su mensaje en honor al conductor y contó lo que Rozín hizo en uno de los programas de La peña de Morfi, que conducía todos los domingos.
“Hace unos meses, Gerardo cantó este tema al aire. Hasta para despedirse fue sutil y sensible. Gracias por la inteligencia, la sinceridad, por el té en lo del coreano y por todas las cosas lindas que hiciste”, escribió el periodista en dedicatoria a su colega, acompañado por el video del momento en cuestión.
En las imágenes compartidas por Tenembaum, se puede observar al conductor junto a la banda Dos Más Uno, interpretando con gran pasión la canción “Me voy quedando ciego”, de Gustavo “Cuchi” Leguizamón. En ese momento, el público se delito de la canción sin entender su significado, hasta que sucedió la trágica muerte del conductor.
Una de las estrofas en las que Rozín decidió sumarse para cantar junto a la banda decía: “La luz titila mis huesos. Solo la noche derrama su esperanza en el silencio dorado y herido. Por lunas que pasan cantando”. Y continuó entonando otra parte, mostrándose claramente emocionado: “A veces no sé quién soy, la lanza de mi silbido. Va alborotando recuerdos. Desenredando caminos, mientras mi risa cae al abismo”.
“Me voy quedando huraño. Embalsamando destinos. No me arrepiento de nada. A veces no sé quién soy. La lanza de mis silbidos, va alborotando recuerdos. Desenredando los caminos”, finalizó entonando Gerardo con lágrimas en sus ojos, emocionando a todos los allí presentes.
Lo que sucedió en aquel programa es considerado como la despedida que eligió tener Rozín con su público, aunque nadie sabía la verdad sobre su salud en este entonces.