Darío Tadeo Pacheco Barassi (37) es el anfitrión de Cien argentinos dicen (El Trece), el programa que lidera el rating en su franja horaria y en el cual este abogado de profesión saca a relucir todo su carisma y humor que se fusionan en una complicidad única con los participantes que disfrutan de sus ocurrencias.
En 2003 dejó atrás su San Juan natal y su trabajo en el estudio de abogacía de su hermano para iniciar su carrera dentro de los medios, y encontró su primer trabajo como notero de AM (Telefe), lugar que le "sacó" a un amigo que le pidió que lo acompañe a casting.
Pero fue una década después, en un viaje a Nueva York, donde la soledad lo llevó a pensar y a reinventarse y de allí volvió con una certeza: "Después de ese sacudón aprendí que la abogacía no iba más. Pero tampoco el notero o el periodismo. Y que definitivamente quería casarme con Luli (lo concretó en 2015, tras cinco años de noviazgo)", tal como le contó a GENTE en una oportunidad.
Lo cierto es que el presente lo tiene como uno de los conductores más pujantes del medio y de su eso fuimos a hablar con él.
¿Qué tipo de conductor te considerás?
-Me considero un conductor en formación, que está aprendiendo, que busca ser genuino, fresco, natural, novedoso y con las características de mi personalidad: histriónico, empático y muy guiado por el humor.
¿Qué creés que debés mejorar?
¡Millones de cosas! Es un oficio que comienzo a transitar ahora y no lo conozco del todo. Los matices, los niveles de energía, la entrega, la sincronización para diferentes cosas... Hay cuestiones técnicas, de suspenso, de cámaras... Estoy en formación al 100%.
¿Tenés algún referente como conductor?
Siempre fui muy fanático de Tato Bores y de Jorge Guinzburg, me vuelve loco cómo conducían y como relataban las cosas y hacían humor. Y también estuve cuatro años siendo ladero de de Germán Paolosky en Nunca es tarde (Fox) y fue una gran escuela.
¿Estás pendiente del rating?
El rating me interesa, sino mentiría. Me gusta el éxito, soy un tipo conquistador. No soy ambicioso de manera enceguecida, pero me gusta ganar, competir. Pero me gusta que ganen todos, no medir 10 puntos y que la competencia está en 2. Me encanta el "cabeza a cabeza" y saber que el público está presente y elige.
¿Cómo te llevás con el éxito de Cien Argentinos dicen?
Mi filosofía de vida es que el trabajo es una cosa y mi vida personal otra. Cuando llego a mi casa me olvido de Barassi, soy el papá de Emilia, el marido de Luli, el gordo que cocina y que mira series. La fama no es algo que haya buscado, no así el éxito: el éxito me gusta, que las cosas que yo haga salgan bien y sean elegidas, pero no tiene que ver con la fama. Si me gusta que lo que hago se pondere y se elija.
¿Por qué creés que la gente te quiere?
Tiene que ver con la empatía, genero la sensación de que soy el tío o el primo de todo el mundo y es algo que disfruto. Soy muy amiguero, de juntarme con mis amigos, mis primos, con mi familia. Soy muy social y en el ejercicio de la conducción eso está presente.
¿Tenés pensado volver a la actuación?
¡Siempre! No hay manera de que no vuelva a la actuación, siempre está, no es volver. Soy actor por elección y vocación. Mi rol de conductor tiene que ver con eso, actuar a ser conductor.
Hace poco contaste que te discriminaron a la hora de una resonancia, ¿fue algo recurrente en la infancia ese tema?
¡No lo tomo como discriminación! Solo fue una mujer que intentó ser graciosa al decirme si iba a poder entrar en un resonador. Lo tomo con humor, que es empático y salva. Siempre me reí de mi gordura y de las imposiliddes de mi cuerpo. No todo es agresión. Entiendo que es un tema delicado y que si alguno se siente discriminado amerita una disculpa, pero respecto a mí, si la gordura viene planteada desde el humor no lo tomo a mal.
¿Algún mensaje para quienes están pasando por una situación de bullying?
La obesidad es una enfermedad y hay que respetarla como tal. El límite del humor es el otro y le hace ruido, lo molesta o lo lastima hay que pedir disculpas y sair de ahí.
¿Tenés pensado agrandar la familia?
Me acaricio la panza y parece que estoy embarazo (risas). Lo mejor que me pasó en la vida es ser padre, con mi mujer no podemos creer la hija que trajimos al mundo. Como pareja estábamos muy realizados antes de ser padres y cuando llegó Emilia nos terminamos de formar como familia y fue mágico. Ahora no siento la necesidad de otro hijo, pero la gorda es tan divina que es bueno que venga otra persona parecida a Emilia a este mundo. Tengo un gran vínculo con mis hermanos y mi mujer con los suyos, así que estaría bueno que Emilia los tenga con los suyos.