“Sonó el teléfono, atendí y del otro lado ¡aparecieron Javier Bardem y Penélope Cruz!”, recuerda Gastón Duprat, quien atendió el celular. “Nos conocíamos, de cruzarnos en su país. Sabíamos que les habían gustado mucho El ciudadano ilustre (2016), Mi obra maestra (18) y 4X4 (19). Lo cierto es que nos llamaban porque querían rodar con nosotros. Arreglamos y al día siguiente, Mariano, que andaba por allá, fue a su casa de las afueras de Madrid”.
“Javier y yo comimos patas de pollo con la mano –memora la anécdota Mariano Cohn–. Al ratito llegó Penélope, que estaba durmiendo a sus hijos”. Comenzaron a hablar sobre la idea (una ficción sobre actores, para que retraten ese mundo, su sensibilidad, su rivalidad, cómo construyen la emoción…), y pronto la semilla germinó, añadiéndose a la lista de nombres el de Banderas. Javier armó un chat y las reuniones avanzaron.
”Un día nos llamó Antonio –comenta Cohn–: ‘¿Quieren que nos encontremos mañana o pasado? Yo salgo de Los Ángeles en mi avión, paso por España, busco a Penélope y a Javier, los llevo conmigo y nos vemos todos en mi casa de Londres’”. Desde Saavedra, los realizadores aceptaron y tomaron un vuelo hacia Inglaterra.
“Fue un cónclave de cinco, seis horas, alrededor de una gran mesa, escuchando y anotando sus historias (además viajó Andrés, el hermano de Gastón, quien escribió el guión con ellos). Sus ricas experiencias, atravesando momentos exitosos y de los otros, situaciones extremas o imposibles, alimentaron de manera notable el guión… Escuchándolos se cimentaron los pilares del mismo”.
Conocido y admirado por la pareja y Banderas, pronto surgió un último nombre: Oscar Martínez, el primer latinoamericano en obtener la prestigiosa Copa Volpi, del Festival de Venecia, por su actuación precisamente en el El ciudadano… Sí, se había conformado “el cuarteto perfecto”, en palabras del bahiense de 51 años y el bonaerense de 45.
Cuando todo venía fluyendo, a Bardem lo llamó Steven Spielberg para un proyecto que venía conversando (la serie Cortés y Moctezuma, que inició y terminó cancelándose) y el elenco quedó en tres. “Javier siguió apoyando el proyecto, mientras nosotros lo molestábamos diciéndole: ‘Eso te pasa por haberte ido con el tal Spielberg’”, ríen Gastón y Mariano. Pero el germen ya había brotado.
“Fueron varios viajes hasta el arranque, en marzo de 2020, y su interrupción fruto de la pandemia de Covid-19”, continúan Duprat y Cohn, recordando que cuando intentaron apresurarse para irse de España, temerosos del cierre de las fronteras, recibieron una tentadora invitación de Banderas: “Ustedes, nada de qué preocuparse... Se quedan en mi casa comiendo y pensando ideas”.
No obstante, regresaron a Buenos Aires, para volver a Europa seis meses después, “aunque temerosos de otro aislamiento. Así que decidimos rodar de forma simultánea en dos unidades y apurarnos a culminar: de cancelarse otra vez, por las agendas de todos, se caía el proyecto”, afirman.
“Sin embargo –convergen–, aquel primer parate también había colaborado bastante con nosotros, ya que nos permitió, por Zoom, a través del Océano Atlántico, montar una hora de película, la mitad, y volver al set bien armaditos para lo que restaba… Los directores transitamos momentos trepidantes –aceptan–.
A lo largo de las ocho semanas de acción vivimos en un tupper. Pero el aislamiento nos había ayudado a ir por lo que faltaba. Claro que interpretaciones tan expuestas como las de Oscar, Penélope y Antonio recién les permitieron a ellos tener cierta tranquilidad una vez que pudieron ver esa primera mitad”.
“UN FILME SOBRE ACTORES REQUIERE INTÉRPRETES DE CATEGORÍA”
“Si debiéramos sintetizar qué clase de película es Competencia Oficial, hablaríamos de ‘cine de autor pensado para el público’. Y sí, porque se trata de un comedia dramática incómoda, cargada de un peculiar sentido del humor, que juega con la rivalidad y cierta perversidad”, ilustran los realizadores, que se conocieron en los Noventa, navegando las aguas del videoarte y el cine experimental y fundando una dupla que perdura a fuerza de numerosas y variadas propuestas audiovisuales (para el caso, ahora comandan la ficción El encargado, con Guillermo Francella, y preparan otra, Bellas artes, con Oscar Martínez).
Tan numerosas y variadas que hasta los hace dudar respecto a la cantidad de largometrajes que ya dirigieron juntos: “¿Más de diez, no?”, se consultan, antes de acceder a responder ese tipo de preguntas menos profundas que derivan del hecho de haber compartido tantos días con los notables Banderas, Martínez, Cruz y Bardem.
Una: ¿Nos podrían pasar el contacto de WhatsApp de todos ellos? “… ¿Por qué no?, jajaja”, nos ilusiona Duprat. Dos: ¿Se tomaron fotos posadas con ellos? “No –contesta Cohn–… Pero admito que cuando le conté a Antonio que a mi hijo le gustaba el Gato con Botas, y me recreó su voz en castellano, inglés e italiano, hubiese querido que Vicente estuviera ahí”. Y tres, y final: Cuando Competencia Oficial se estrene en Argentina, ¿sus estrellas pisarán nuestros país? “… Bueno, nos anticiparon que sí”, cierran confiados ambos.
Por Leonardo Ibáñez
Fotos: Fabián Uset y Manolo Pavón (Cortesía Mediapro)
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