Durante su relación de más de una década, Shakira y Antonio de la Rúa compartieron dos impresionantes propiedades que no sólo reflejaron su estatus, sino que también se convirtieron en el centro de una disputa tras su separación.
"La Colorada", la lujosa mansión en Punta del Este
Ubicada en la exclusiva zona costera de Punta del Este, Uruguay, "La Colorada" era el refugio perfecto para la pareja. Esta mansión de dos plantas ofrecía vistas panorámicas al mar, brindando un escenario ideal para el descanso y la privacidad que tanto apreciaban.
Esta casa de Shakira y Antonio contaba con una planta superior con dormitorio principal y en el piso inferior se encontraban otros tres dormitorios, un amplio comedor y una zona de estar.
Una de las características más destacadas de "La Colorada" eran sus vistas al mar, que proporcionaban un entorno de serenidad y belleza natural. Este fue el lugar preferido de la pareja a principios del siglo, ya que al estar alejado de la ciudad eran pocos los paparazzis que se acercaban a verlos.
Tras la ruptura en 2010, esta propiedad se convirtió en un punto de discordia entre Shakira y Antonio de la Rúa, complicando aún más su separación pública y notoria. Pero no sería la única.
La costosa mansión en Miami que Shakira vendió al conocer a Gerard Piqué
Otra de las lujosas propiedades que compartieron Shakira y Antonio se encuentra en la exclusiva localidad de North Bay Road Drive en Miami, Florida. Esta mansión, valuada en 11 millones de dólares, destaca por su moderna y minimalista decoración y sus amplias instalaciones.
Según el medio ABC de España la casa fue vendida a un millonario estadounidense a mediados de 2016 y cuenta con 847 metros cuadrados, seis habitaciones y siete baños.
La mansión también incluye un gimnasio, área de spa, sala de juegos y una impresionante piscina con vista al mar, rodeada de plantas ornamentales y grandes palmeras. La cocina es moderna, con gabinetes de acrílico, cuatro hornos y una isla con tope de mármol blanco.
Pero a pesar del cariño que Shakira le tenía a esta propiedad ya que pudo ser comprada en sus primeros años de éxito internacional, en 2016, junto a su ex esposo Gerard Piqué, decidió que era momento de ponerla a la venta y cerrar un ciclo.
Sin embargo, las vueltas de la vida la llevarían a la cantante colombiana a volver seis años más tarde a los Estados Unidos, junto a sus dos hijos, Sasha y Milán.
