Tiene 42 años, es canadiense y sus inicios fueron en el cine independiente. Después de llamar la atención de la prensa especializada por su trabajo en El creyente (2002), donde hizo de un joven neonazi, y, gracias a una de las películas que lideran el ranking de las más románticas de la historia, Diario de una pasión (2002), sus ojos achinados y celestes atravesaron la barrera del sonido y conquistaron al mundo. Él es Ryan Gosling, uno de los nombres que más suenan estas últimas semanas después del estreno de Barbie, el filme de Greta Gerwig en el que comparte protagónico con Margot Robbie y que viene revolucionando la taquilla en el mundo.
Más allá de la expectativa que generó la película, hubo algo que nadie vio venir: la revolución de los Ken y la relectura del patriarcado visto desde el muñeco que fue creado solo para amar a Barbie. Aunque todo eso se refleja en una sola imagen: la de Ryan, entre la euforia y la depresión, entre el mundo real y Barbieland. Es él el que logra llevar de la empatía a la risa sostenida al público, también quien fue señalado por ser "demasiado mayor" y quien se llevó los mayores halagos por su caracterización. Incluso algunos imaginan que este papel la dará su primer premio Oscar.
El mundo antes de Ken: nazismo, mucho romance y algo de acción
Gosling se convirtió en uno de los hombres más deseados después de protagonizar Diario de una pasión (2002), junto a Rachel McAdams. El filme cuenta la historia de amor entre dos jóvenes que logran vencer prejuicios y distancias y envejecen juntos, aunque ella al final de su vida no logra recordarlo, y él se encarga día a día de hacerla revivir aquellos años. Más allá de lo que trascendió del rodaje y de la mala relación entre ellos en el set, lo cierto es que para ambos ese trabajo representó un cambio en sus vidas.
No solo años después estuvieron de novios, sino que el filme fue tan bien recibido que se convirtió en un clásico del género y la escena del beso bajo la lluvia fue celebrada como una de las más románticas del cine. Desde entonces, Gosling se ha puesto en papeles bien distintos: fue un profesor de escuela adicto a la cocaína en Half Nelson (20026), se volvió a poner en la piel de un galán, aunque con una historia de final triste, en Blue Valentine (2010), pasó de ser un mujeriego a un enamorado en Loco y estúpido amor (2011), usó su conocimiento sobre autos en Drive, un thriller donde el romance, como pasa en general cuando Ryan está entre los protagonistas, es parte del relato (2011).
También se convirtió en un banquero de Wall Street en La gran apuesta (2016) y, ese mismo año, el amor volvió a tentarlo y se puso en la piel de Sebastián, un pianista de jazz desempleado y ambicioso que pierde la cabeza por Mia (Emma Stone), una camarera que sueña con ser actriz, en La La Land: ciudad de sueños.
La distopía futurista lo tentó y se sumó a Blade Runner 2049 (2017) como K, un androide creado para obedecer que caza modelos de replicantes clandestinos más viejos; también se animó a interpretar a Neil Armstrong en El primer hombre en la luna (2018). Y casi de la mano de la pandemia le llegó su papel más ambicioso en El hombre gris (2022), el filme más caro de Netflix por el que cobró 20 millones de dólares, en el que encarnó a un asesino a sueldo, que fue agente de la CIA, y es perseguido por un excolega (Chris Evans) cuyo su único objetivo es eliminarlo.
Del mundo de Mickey Mouse a la reivindicación del novio de Barbie
Cuentan que la infancia de Gosling pasó en Ontario, en el marco de una familia mormona. Su padre era vendedor y su madre, secretaria. “Había algo bueno en eso de ir a la Iglesia y sociabilizar tanto siendo tan chico. El tener que rezar en público, saludar a mucha gente, hablar ante pequeñas multitudes, cantar en las capillas y muchas cosas similares. Algo de eso siempre se quedó en mí”, contaba años atrás sobre cómo la religión lo ayudó a abrirse al mundo sin pudor. En su adolescencia, sus padres se separaron y el encontró apoyó en su hermana mayor, Mandi.
Por esos tiempos era común recibir llamadas del colegio por peleas que protagonizaba en los pasillos y también por tener un cuchillo en su campera (idea que sacó después de ver Rambo). Después de ir a cuanto casting podía, bailar y cantar en bodas, tocar piano y guitarra en eventos y hacer magia, consiguió su primer papel importante. Fue elegido para ser parte del show televisivo infantil El club de Mickey Mouse (1993/1995), su primera gran escuela de actuación. Justin Timberlake, Christina Aguilera y Britney Spears estaban entre las estrellas del ciclo y él se nutrió de ellos.
De hecho, la madre del músico y ex de la princesa del pop fue tutora legal de Ryan durante algún tiempo. Con Justin vivieron juntos y eran cómplices de fechorías. “Solíamos hacer cosas malas, como robar un coche de golf y entrar con él en los estudios MGM que estaba prohibido", contaba el cantante pop. Y, más allá de que con los años parecen haberse distanciado, han demostrado en encuentros públicos un gran respeto el uno por el otro. De Disney a Barbie pasaron 30 años. Este 20 de julio se estrenó a nivel mundial el filme dirigido por Greta Gerwig y que tiene a Margot Robbie como protagonista.
Después de que trascendiera el trailer, la expectativa alcanzó nivel global. La icónica muñeca de Mattel y su novio de rasgos hegemónicos en una live action con todos los colores de los 90 enloquecieron a los nostálgicos. Aunque rápidamente las críticas se hicieron oír y muchas se enfocaron en la edad de Gosling para interpretar a Ken. El hashtag #notmyken se hizo tendencia, y el canadiense, en una nota con GQ, contestó. “Si la gente no quiere jugar con mi Ken, hay muchos otros Ken con los que jugar. Es divertido, este tipo de ideas de aferrarse a #notmyken. ¿Alguna vez pensaste en Ken antes de esto? Si alguna vez realmente te preocupaste por Ken, sabrías que a nadie nunca le importó realmente”, lanzó.
Y sumó: “Me preocupo por este tipo ahora. Soy como su representante. Ken no pudo presentarse para recibir este premio, así que estoy aquí para aceptarlo por él”. También confesó, luego de que se vieran las primeras imágenes donde se ven sus abdominales marcados, su pelo rubio platinado y sus looks estrambóticos, que se siente identificado con el muñeco con el que hoy juegan sus hijas. Pero que lo hacía aún más cuando eran joven y usaba los pantalones Hammer, bailaba en los shoppings y se ponía una colonia con aroma a Aqua. De eso se trata la Kenergy.
Quiénes fueron las otras Barbies de Ryan Gosling hasta que llegó la definitiva: Eva Mendes
Ryan nunca pudo ni quiso salir del papel de galán. Ni en la vida ficticia ni en la privada. Fue novio de: Sandra Bullock, Rachel McAdams, Blake Lively, Kat Dennings y Olivia Wilde. Pero la mujer que logró conquistarlo fue Eva Mendes. Cuentan que Ryan empezó a salir con Sandra, 16 años mayor que él, tras el rodaje de Cálculo Mortal, en 2002, y que estuvieron juntos poco más de un año. “Tuve dos de las mejores novias de todos los tiempos. No he conocido a nadie que pueda superarlas”, dijo sobre Bullock y McAdams (quien se separó tras dos años de noviazgo por sus apretadas agendas en 2007).
Fue en 2011 cuando el trabajo lo llevó nuevamente a enamorarse. Meses atrás, el actor fue portada de GQ donde se abrió y habló de su mujer, de 49 años, y su deseo de formar una familia. "No estaba pensando en niños antes de conocerla, pero después de conocer a Eva, me di cuenta de que simplemente no quería tener hijos sin ella", dijo.
"Y hubo momentos en Cruce de caminos (película en que se conocieron) en los que pretendíamos ser una familia, y realmente no quería que siguiera siendo una ficción. Me di cuenta de que esta sería una vida que tendría mucha suerte de tener", sumó. Y fue tal su atracción que, al poco tiempo de conocerse, ya estaban construyendo su futuro. En 2014 se convirtieron en padres de su primera hija, Esmeralda, y, dos años después, llegaría Amanda. En 2016 se casaron en secreto y decidieron mantener su relación y su familia a pura reserva.
Mendes dijo sobre la decisión de no exponer su círculo íntimo: “Mi hombre y mis hijas son algo mío. Se trata de algo muy importante para mí, así que gracias por comprenderlo”. Y sumó sobre no compartir imágenes de las niñas en redes sociales: “Hablaré de ellas por supuesto, con límites. No publico fotos de nuestra vida diaria. Y dado que mis hijas aún son muy pequeñas y no entienden lo que realmente significa publicar su imagen, no publicaré su imagen hasta que sean mayores, lo suficiente para darme su consentimiento”.
A poco del estreno de La La Land: ciudad de sueños, filme que le valió una candidatura al premio Oscar a mejor actor, Ryan decidió retirarse de la actuación, algo que duró 4 años y coincidió con la llegada de Amanda. "Quería pasar todo el tiempo que pudiera con ellas”, dijo a GQ. Y sumó: “Mis hijas están creciendo tan rápido que necesito vigilar el reloj de alguna manera. Nunca solía hacerlo”. Las secuelas de la separación de sus padres hicieron que el actor se enfocara en ser un padre presente y priorizara su familia al resto de las cosas.
Baby Goose, su alterego musical
Con su amigo Zack Shields (a quien conoció cuando salía con McAdams y Zack con la hermana de la actriz), Ryan lidera Dead Man’s bones, su banda de rock, donde canta, toca el bajo y se hace llamar Baby Goose. El primer single, Room Where you sleep, vio la luz en 2008 y un año después editaron su primer álbum, con inspiración tenebrosa. Un año antes había editado Put Me In the Car, su disco solista.