Resulta imposible no dejarse llevar por aquel ritmo. Menos aún, intentar evitar tararearlo: la canción The Little House (La casa de la pradera), de David Rose, no sólo es un himno de aquella legendaria serie que durara una década y hace medio siglo genera un inagotable rating en el mundo, sino que además encierra una historia inesperada que, al igual que aquella ficción de la NBC, tiene como protagonista a Michael Landon. Sí, el eterno Charles Ingalls.
EL VERDADERO ORIGEN DEL TEMA THE LITTLE HOUSE, Y LOS EMMY COMO BRÚJULA
Todo inició cuando el bueno de Landon comenzó a pergeñar la que a la larga sería su obra cumbre, la que lo hizo perdurar al tope de los ratings e inmortalizarse en el tiempo: La familia Ingalls, de la que sería creador, productor y protagonista.
Claro, corría la cuenta regresiva al debut y llegaba el momento de definir la música que acompañaría el relato, un aspecto más que relevante para cualquier historia audiovisual. Y fue allí cuando el neoyorquino posó sua atención en David Rose, un compositor, arreglador y director de orquesta inglés que admiraba… y conocía de Bonanza, la serie a la que había entrado a los 22 años, en 1959, para darle vida al joven e impetuoso Joseph Francis, o Little Joe.
Lo cierto era que ya en 1971 -dos años antes del cierre final de Bonanza y a tres del estreno de La familia Ingalls- Landon empezó a tomar nota de las canciones de connotación familiar con que Rose había regado la primera serie, al tono con lo que buscaba. Entonces, recordando que algunos de dichos temas habían pasado inadvertidos en Bonanza (entre otros que sí habían marcado época), pidió autorización para acudir a algunos de ellos y sumarlos a su inminente proyecto. El “adelante, tómalos” de Rose resultó rotundo.
Entre ellos, el que tiempo después se convertiría en la canción central del programa, capaz de ser identificada hasta con los ojos cerrados: The Little House. Mientras muchos imaginaron que fue compuesto especialmente para sumarlo al estreno como una canción original de la flamante producción, la realidad indica que, sí, había pertenecido a Bonanza.
“David Rose contribuyó en gran manera a la emoción del público. Y lo hizo al escribir aquellas hermosas, románticas y líricas melodías que cautivarían a la gente semana tras semana”, señaló el productor Dean Butler a un blog de fans en 2008, confirmando cómo Rose fue convirtiéndose en autor de varios de aquellos temas de La familia Ingalls, que lo llevarían incluso a ganar dos premios Emmy (1979/1982), de los cuatro que obtuvo en nueve nominaciones (uno, el de 1971, lógico, parar Bonanza).
MARIDO DE JUDY GARLAND, MAGO DE LOS PENTAGRAMAS Y AMIGO PARA SIEMPRE
Nacido el 15 de junio de 1910 en Londres, Inglaterra, y criado en Chicago, Illinois, Estados Unidos, David Daniel Rose fue compositor, arreglista, pianista y uno de los grandes músicos y directores de orquesta del siglo XX, participando en varios programas de radio y dándole vida a las bandas sonoras de quince películas y doce series de televisión (algunas con el seudónimo de Ray Llewellyn).
Con paso activo, además, por Broadway, en 1938 se casó con la actriz Martha Raye, en 1941 nada menos que con la diva Judy Garland, y en 1948 con Betty Bartholomew, la madre de sus dos hijas. Fue durante esta última etapa de su existencia, cuando Rose se hizo cargo, lo dicho, de la música de Bonanza, y luego de la de La familia Ingalls, que, basada en la saga de libros homónima de Laura Ingalls Wilder, se estrenó el 11 de setiembre de 1974, emitiéndose, a lo largo de 207 episodios, hasta el 21 de marzo de 1983.
La trama mostraba narraba la vida en la frontera occidental y septentrional norteamericana del siglo XIX, desde la visión de una familia compuesta por Charles y Caroline y sus hijas Mary, Laura y Carrie, instalados de Walnut Grove, Minnesota, e integrándose a una comunidad de granjeros que buscaban prosperidad a partir del trabajo, la honestidad y el sacrificio.
Un derrotero ideal para la versátil batuta de David Rose, quien logró imprimirle a la serie la identidad que Landon -gran admirador de su talento y creatividad musical- pretendía, y cinco décadas después permanece inalterable en la mirada y los oídos de los espectadores de antes y también de los se dejaron conquistar luego.
Fanático de los ferrocarriles coleccionables, tras medio siglo (entre 1939 y 1990) de actividad musical ininterrumpida y por qué no ecléctica, David Rose falleció a los 80 años de un ataque cardíaco en Burbank, California. Enterrado en el Mount Sinai Memorial Park, de Hollywood Hills, no partió sin antes haberle entregado otra muestra de talento -y amistad- a Michael Landon: la nominación a otro Emmy (1985), ahora por la música de la serie Camino al cielo, trabajo póstumo del eterno Charles Ingalls.