El cineasta acusó a su ex de lavarle "el cerebro" a su hija para que lo denunciara y dijo: "Tengo que vivir sabiendo que hay gente convencida de que soy un violador...".
En una extensa entrevista con el diario La Vanguardia de España, Woody Allen (84) explicó cómo es su realidad hoy tras la denuncia de su hija por abuso a los 7 años, y dijo: "Hay tantas autobiografías de tipos diciendo que son los mejores... Yo no lo soy. No soy Einstein ni Dostoievesky. Es puro realismo. He hecho buenas y malas películas, pero no nos engañemos, nada comparable a Un tranvía llamado deseo o El ladrón de bicicletas".
"Tengo que vivir con que hay gente convencida de que soy un violador, de que me he casado con mi hija... es igual lo que les digas. No hice ningún esfuerzo porque creí que la verdad se impondría, pero no ha sido así. Una buena historia, cierta o falsa, se impone a todo”, señaló el cineasta.
En la nota que dio a propósito de sus memorias, tituladas A propósito de nada, también disparó contra su expareja Mia Farrow (75), con quien compartió su vida entre 1979 y 1992, con una seguidilla de graves acusaciones.
"Mi hija (Dylan) fue sometida a un lavado de cerebro. Mia la filmó desnuda a los 7 años varios días para enseñarle la historia que debía contar. Tras el escándalo, he adoptado dos hijas sin el más mínimo problema por parte de las autoridades. La acusación no es que no se sostenga, es que ha sido rechazada", explicó Allen.
Luego, contó que Farrow "sometió a su hijo Ronan a una cirugía plástica para que fuera más alto porque eso le ayudaría a hacer carrera política. Dos de sus hijas se han suicidado. Tiene un historial de maltratos. Soon-Yi fue golpeada con un teléfono".
Cuando el cineasta recordó los "momentos trágicos" que atravesó, reconoció que algunos seguramente lo recordarán como un pedófilo por su vínculo con la hija adoptiva de Farrow, Soon-Yo Previn (49), con quien se casó en 1997.
"Básicamente soy un hombre feliz que lleva 22 años junto a mi esposa Soon-Yi. Tenemos dos hijas preciosas que ya van a la universidad, tengo buena salud y he pasado una vida entreteniendo a la gente. He tenido mucha suerte", contó Allen.
Por último, retomó el tema de la condena pública que lo sostiene en el imaginario colectivo como abusador: "Unos me recordarán como un pedófilo, aunque sea falso, y otros como un cineasta que los entretuvo...¿qué más da?".