En una charla profunda y sincera, Vero Lozano habló con GENTE sobre su relación con Jorge "Corcho" Rodríguez y el motivo por el que nunca se casaron. "Lo hemos hablado en algún momento pero a ninguno de los dos nos parece algo fundamental. ¿Estamos bien asi? Si. ¿Para qué vamos a cambiar las cosas?", explica la conductora de "Cortá por Lozano luego del shooting de la tapa digital de GENTE.
Lozano asegura que vivió varias crisis con "El Corchi", como lo llama cariñosamente, a lo largo de estos 16 años y que, claro, no cree en las parejas aparentemente perfectas. "La realidad es que en el amor no hay fórmulas mágicas ni un secreto para la felicidad. Algo muy positivo que tenemos nosotros como pareja es que, cuando algo nos hace ruido del otro, paramos la pelota, nos sentamos y lo hablamos: "Che, ¿por qué dijiste tal cosa anoche?" o "Me molestó tu actitud en tal lugar". No nos callamos nada, debatimos, analizamos, discutimos y todo eso permite, de alguna manera, reformular el vínculo. Yo creo mucho en eso de volver a elegirte a diario, me parece real y sano", asegura.
Y si bien no se aventura a compartir la fórmula del éxito de su pareja, asegura que hay algo que en lo que sí cree que es importante en una pareja. "Voy a compartir algo que a nosotros dos nos funciona mucho: mantener nuestros propios espacios sin invadirnos. Cada miembro de la pareja tiene su hobby, su actividad y el otro no se mete: pueden ser los caballos, la lectura, la música, algunos amigos -!no es necesario juntarse siempre con otras parejas!- y hasta lugares físicos que cada uno ocupa cuando tiene ganas y quiere un poco de soledad. Eso sí me parece fundamental: respetar el espacio del otro. Porque, además, después, el reencuentro es mucho más lindo, más deseado, esperado, enriquecedor y suele ser con la mejor de las ondas. Hasta me parece interesante que los hijos observen que sus padres mantienen su autonomía y disfrutan de algunos momentos a solas", concluyó.
Vero asegura ser una persona más bien optimista y alegre pero confesó qué la pone de malhumor.
"Soy una mujer que después del accidente que sufrí, comenzó a valorar mucho la vida que tiene. Ojo, no es que antes no lo hacía pero lo que me pasó fue extremadamente fuerte y me hizo reflexionar mucho. También me puse más irónica. Si bien yo siempre consideré que mi gran arma de seducción era el humor, después de vivir la peor experiencia de mi vida, me siento con libertad para manejar el humor negro a mi antojo: nadie se río más que yo de mi desgracia. Pero vuelvo a tu pregunta... ¿Qué cosas me fastidian? La gente irrespetuosa y maleducada -esa a la que le hablás y no contesta-me saca de quicio, por ejemplo", concluyó.